El ambiente en el lugar de trabajo también puede afectar tu piel, especialmente si es una fuente de sequedad, falta de luz solar y estrés. Las sugerencias que te damos a continuación no solo te ayudarán mantener una piel más sana, sino tu salud general y bienestar en el trabajo.
Lo primero que debes hacer es evaluar el área donde trabajas. ¿Trabajas en un ambiente con aire acondicionado y calefacción durante largos periodos de tiempo? ¿Trabajas en un lugar donde no se pueden abrir las ventanas o directamente no existen? La falta de aire fresco y la luz solar puede tener un impacto perjudicial en la piel.
Aunque el estrés tiene una función positiva en el ser humano, que es la de crear un estado de atención y pronta respuesta a la adversidad, experimentarlo en forma sostenida e intensa puede afectar nuestras capacidades físicas y emocionales. Por ello, es necesario aprender a encauzarlo y a sacarle el mejor partido.
Ante una situación de estrés prolongada, la respuesta del organismo se da a través del cansancio, la fatiga o un aspecto enfermizo. La piel reacciona ante ese estado mostrándose sin color, con signos de cansancio y envejecimiento prematuro.
Nuestra piel experimenta el estrés de dos formas distintas: desde dentro del organismo debido a enfermedades, una nutrición inadecuada, tensiones provocadas por el trabajo o la familia; y exteriormente, debido a la contaminación del ambiente, el ruido o por trabajar mucho tiempo en sitios cerrados.
El estrés se manifiesta sobre todo en la descamación, escozor y picazón de la piel, para este tipo de problema es recomendable aplicar cremas calmantes para pieles sensibles. Cuando la piel se presenta “apagada” y con un tono que nos da una apariencia enfermiza, puede deberse a la contaminación o la falta de hidratación. Hay que aplicar cremas reconstituyentes de día y noche.
¿Por qué afecta la piel?
De acuerdo a la revista profesional de estética «Les Nouvelles Esthetiques», los 10 mayores efectos del estrés en tu piel son: acné, eczema, soriasis, picazón en la piel, caída del pelo, sudor excesivo, rosácea, caspa, herpes oral y urticaria. Además el estrés contribuye a que la piel pierda su luminosidad y se vea sin vida.
El estrés también causa otras condiciones que afectan la piel como la falta de sueño, sobre-comer, fumar, beber y otros.
El estrés produce desbalances hormonales. Cuando algo nos produce estrés, el cuerpo reacciona produciendo hormonas con diferentes objetivos, entre estas hormonas están: el cortisol y la adrenalina. El exceso de estas hormonas produce imbalance en los estrógenos y testosterona en el cuerpo y estas hormonas afectan la piel directamente.