Bueno, ya tocaba un postrecito para darnos un poco de alegría ¿no?. Ayer, ojeando mis libretas de recetas los encontré y me acordé de vosotras.
Así que aquí las tenéis, unas riquísimas rosquillas glaseadas echas en casa. Olvidemos ya las típicas bollerías industriales del supermercado que sólo traen productos insalubres para nuestro organismo, y meteros en la cocina a confeccionar vuestros postres favoritos con vuestras propias manos. ¿Os atrevéis?.
Pues como siempre, debajo os dejo todos los ingredientes necesarios y el modo de hacer estas riquísimas rosquillas glaseadas. Probad a hacerlas y decidme, ¿cambiariais algún ingrediente?.Espero que os gusten.
Ingredientes
450 g de harina de fuerza.
2 sobres de maizena seca especial para pan y bizcochos.
100 g de azúcar.
1 huevo.
2 cucharadas de esencia de vainilla.
5 g de sal.
275 ml de leche.
40 g de mantequilla.
Aceite de girasol.
Para la glasa:
Mantequilla.
Azúcar glas.
Agua.
Preparación
En un bol mezclamos la harina, el azúcar y la maizena. Después incorporamos la sal junto con la esencia de vainilla. Esta esencia es muy buena, le da un sabor muy especial, aunque hay que tener cuidado de no pasarse ya que la vainilla es un sabor peculiar que en exceso podría resultar demasiado dulzón.
Luego añadimos la leche y el huevo y volvemos a remover bien hasta conseguir una masa. Ésta debe amasarse hasta que veamos que se nos va despegando de las manos, por eso añadiremos más harina si la necesita. Por ello, y para que no nos incomode la tarea, la trabajaremos sobre una superficie plana.
Cuando ya esté bien amasada, hacemos una bola con ella. Esta primera masa de rosquillas glaseadas, dará la sensación de estar seca y dura, pero no os preocupéis, se soluciona con el siguiente paso. Dicho paso, es hacer con los dedos como un agujero al cual, le incorporaremos la mantequilla. Esta la hemos puesto en el microondas unos minutos para que se derrita un poco y poder manejarla mejor. Seguir amasando hasta conseguir una masa algo más blanda y húmeda que la anterior. Dejar reposar una hora envuelta en un paño de cocina limpio.
Transcurrido ese tiempo hacemos la típica forma de rosquillas. Podemos utilizar corta-pastas o un vaso de boca grande. Para el agujero de enmedio se puede utilizar un vaso de chupito o cualquier tapón pequeño. Cuando ya tengamos todas las rosquillas echas, dejamos reposar otra hora más.
Después de esta hora los freímos. El aceite no debe de estar ni demasiado frío ni demasiado caliente ya que se nos tostaría mucho por fuera pero la masa del interior no se cocinaría completamente y quedaría cruda.
Por último, hacemos la glasa, como en pone en el mismo título de la receta, ‘rosquillas glaseadas‘. Espero que las disfrutéis.
Más información – Rosquillas dulces para conservar