¿Por qué entrenar con un personal trainer?

Jesus L. Rodriguez

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Ejercitarse de manera adecuada, cumpliendo con una rutina de ejercicio bien diseñada y recibir consejos para mejorar tu desempeño deberían ser razones suficientes para contratar un personal trainer.
Sin embargo, muchos creen que no es imperativo contar con la ayuda de un entrenador personal. Si bien puedes ser una persona responsable y consciente de tus limitaciones, tenemos algunas razones para entrenar con un personal trainer. Luego, será tu decisión.

Una rutina eficiente  Cuando hablo de la eficiencia de una rutina no me refiero a los resultados obtenidos, sino a la estricta relación entre el plan de ejercicios elegido, las necesidades que debe satisfacer dicho plan y cómo te desempeñas.
Debes tener en cuenta si efectivamente estás haciendo los ejercicios que necesitas. Puedes pasar tiempo ejercitándote en vano para descubrir que no logras los resultados buscados.  Incluso, puede que ni siquiera sepas bien qué es lo que buscas.

Por ello, es importante la presencia de un profesional del fitness que pueda elaborar un plan de ejercicios para alcanzar ciertas metas. El personal trainer puede ayudarte, ya que sabrá con seguridad cómo conducir tu rutina de ejercicios y la frecuencia que necesitas seguir.

Si finalmente la idea es contratar a un entrenador personal para que ayude con el plan de ejercicios, hay algunos puntos a tener en cuenta:

1. Paciencia: Para lograr una excelente relación entre ambas partes, la paciencia es una pieza clave. Los entrenadores deben comprender que cada cliente es diferente y por tanto lo que funciona para algunos, para otros puede no ser efectivo. También deben tener en cuenta que algunas personas progresan un poco más rápido que otras, y deben ir adaptando los ejercicios de acuerdo a esto. Además, el entrenador debe familiarizarse con nuestro cuerpo, para poder hacer el plan de ejercicios correspondiente y elaborar un plan de alimentación que acompañe a estas actividades.

Motivación para el ejercicio Cuando hablamos de una rutina de ejercicio también nos referimos a la periodicidad de la práctica de ejercicio. Si tienes pereza o sólo te ejercitas cuando tienes ganas, poco sentido tendrá esperar buenos resultados. Quizás necesites lo que a todos nos ha hecho falta alguna vez: motivación para no dejar el ejercicio.
La motivación es una de las razones principales a la hora de buscar un personal trainer. No sólo porque se convertirá en la primera persona en darte ánimos durante el ejercicio, sino porque te satisfará lograr los resultados que ambos se proponen conseguir.

Además, no debes olvidar que le estarás pagando a un profesional, y seguramente quieras que esa inversión dé sus frutos. Si mantienes la motivación y cumples con tu parte de la mejor manera, habrá valido la pena el esfuerzo, ¿no crees?

2. Comunicación fluida: Nuestra relación con el entrenador personal no empieza y termina durante las horas de ejercicio; en los momentos en que no nos reunimos, el entrenamiento continúa de otra manera. Cada entrenador nos dará ejercicios para hacer en nuestro hogar a diario, y en estos momentos es que deberemos escribirles o llamarles para que nos expliquen cómo hacer determinados movimientos sin requerir de su presencia.

Por otra parte, el entrenador debe enseñar a comer de manera saludable y aconsejar para comprar alimentos de manera inteligente, por lo que es importante contar con la opción de poder consultarle sobre compras hasta que se afirme el hábito de comer sano.

Conocimiento del cuerpo Como buen profesional, un entrenador personal te guiará con pericia en la buena práctica del ejercicio, ya que conoce los límites que se debe exigir a una persona según su nivel de entrenamiento. Te ayudará a evitar los errores más comunes a la hora ejercitarse.
La guía del entrenador será fundamental para cuidar de tu salud, evitar lesiones y establecer los ejercicios más aptos para tu condición física y los resultados que buscas con ellos. O simplemente, aconsejarte cómo evitar los calambres.

3. Debe ser profesional: Si bien la relación con el entrenador debe ser cercana, su forma de actuar debe ser profesional y a veces rígida. Su ropa debe ser sencilla y natural para enfocar la atención sobre la persona que entrena.

4. Su nivel de educación en el área: Los entrenadores personales deben tener una certificación apropiada para sus áreas de experiencia y la capacidad de demostrar que la tienen. Los estudios relacionados a esta profesión incluyen materias relacionadas a la psicología, procedimientos de entrenamientos, ejercicios, nutrición, anatomía del cuerpo y administración de peso. Este tipo de formación permitirá a los entrenadores conocer cómo debe proceder con cada uno de sus clientes, teniendo en cuenta sus particularidades físicas, alimentación, y motivación. Además, siempre es importante que el entrenador esté actualizado en los procedimientos y nuevas tendencias de ejercicios que aumentan el bienestar del cuerpo.

5. Debe ser compatible con nuestra personalidad: Como se mencionó al comienzo, el entrenador y el cliente deben poder congeniar sus personalidades. Esto es porque la persona debe contarle a su entrenador cuáles son las metas a lograr, y confiar en que aquello que recomienda es lo más conveniente para su cuerpo y bienestar.

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