Las fechas navideñas se caracterizan por lo grandes banquetes que disfrutamos, en donde comemos muchos alimentos deliciosos y muy calóricos. Es normal también que suframos las consecuencias de los excesos, malestar estomacal, ataques de hígado, entre otras cosas. El problema es aún más molesto cuando se está embarazada, por eso, hoy te damos algunos consejos para evitar molestias digestivas en el embarazo por Navidad.
Las comidas abundantes o comer demasiado rápido obligan al estómago a trabajar más de lo habitual, de aquí la sensación de malestar y pesadez. Por tanto, a la hora de sentarse a la mesa a cenar es conveniente tener en cuenta determinados puntos:
– Intenta no comer más de la cuenta y mastica despacio cada alimento, triturándolos lo más posible, de esta forma favorecerás el proceso digestivo. También debes beber despacio e intenta tomar lo menos posible entre comidas.
– Evita los platos demasiado grasos, tales como los embutidos, hojaldres, estofados con exceso de aceite o con carnes muy grasas, salsas que lleven nata, queso o mayonesa, así como platos muy condimentados y picantes, y sé moderada con los dulces, evitarás digestiones pesadas y exceso calórico.
– Puedes elegir alimentos como el pavo, o el capón, los cuales resultan menos indigestos, en lugar de cordero o el pato, ya que estos son mucho más grasos. Otra buena opción son los pescado al horno, como el besugo o chicharro, que son mucho más digestivos que la carne.
Por último, puedes apoyarte en infusiones que favorezcan la digestión, de manzanilla, hierbabuena o té verde, mucho más sanas que el café. También recuerda no acostarte a dormir enseguida de que comes, ya que esto ralentiza el proceso digestivo.
Es muy beneficioso comenzar el día con una suave infusión, de anís verde, comino o anís de estrellado y programar un desayuno suave.
En estas primeras semanas se está formando el sistema nervioso y es aconsejable no consumir sustancias excitantes como la cafeína.
Las zanahorias crudas constituyen una excelente ensalada que ayudan a cubrir las necesidades de vitamina A.
Si las molestias digestivas son muy importantes se establecerá una dieta (que puede durar de 2 a 3 días a 2 ó 3 semanas) a base de pan tostado, aceite, patata, arroz o pasta hervida, alguna verdura suave hervida, pescado, manzana y pera hervidos. Con esta dieta a base de alimentos cocidos se facilita al digestión, es muy baja en grasa y se regulan las funciones digestivas. Durante los primeros días se suprimirán los productos lácteos hasta encontrar una mejoría, entonces se introducirá primero la cuajada o el yogur y a continuación el queso dejando la leche en último lugar. No hay que preocuparse por estar unos días sin probar lácteos ya que la formación ósea del feto es mínima hasta el cuarto mes.
La piña natural y el kiwi son dos frutas que facilitan la digestión, y si la embarazada tiene molestas sensaciones de pastosidad en la saliva, puede consumir pequeñas cantidades de piña fresca a lo largo del día que colaborará a una mejoría inmediata.
Es conveniente descartar de la alimentación todo producto que pueda causar una intoxicación, como por ejemplo el marisco crudo.
Respecto al alcohol, decir que es una molécula de rapidísima difusión por todo el organismo, pasando la barrera placentaria y llegando así al feto.