El té de manzanilla se caracteriza por tener diferentes propiedades curativas muy beneficiosas para la salud, aliviando molestias como dolores menstruales, estrés, nervios y resfriados, gracias a su compuesto de hipurato. Además este té mejora el sistema inmunológico, espasmos musculares, relaja el sistema nervioso, mejora el funcionamiento del hígado, combatiendo el dolor de espalda y ayudando a conciliar el sueño; pero también se recomienda beber té de manzanilla en el embarazo, ya que tiene un efecto sedante que es muy recomendable cuando se está en el segundo trimestre del embarazo.
Té de manzanilla en el embarazo beneficios
Cuando el vientre comienza a crecer durante el embarazo, se producen dolores pélvicos y de espalda, además de sufrir trastorno del sueño; esto hace que beber té de manzanilla en el embarazo sea siempre recomendable. Gracias a sus propiedades, este té también alivia las náuseas y suaviza los trastornos digestivos; teniendo también un efecto positivo para aliviar el estreñimiento, la acidez estomacal y las infecciones al tracto urinario.
Aunque el té de manzanilla es beneficioso durante el embarazo, ayudando a conciliar el sueño y siendo un remedio popular muy utilizado; es recomendable beber solo una o dos tazas al día, ya que de lo contrario se produce un efecto estimulante en el cuerpo. De modo que la manzanilla o camomila, es una hierba recomendaba para beber durante el embarazo, pero siempre de manera moderada; y lo ideal es comenzar a beber durante el segundo trimestre del embarazo ya que en el primer trimestre recién se comienza a formar los órganos del feto.
Mitos acerca del té de manzanilla en el embarazo
Muchas veces hemos oído hablar acerca de los peligros que tiene el té de manzanilla en el embarazo, ya que la manzanilla es un estimulante de las paredes del útero y un consumo excesivo de esta hierba puede provocar un aborto producto de una contracción del útero. Pero es importante destacar que esto ocurre solo cuando existe un consumo excesivo de té de manzanilla, lo que no es recomendable, solo es bueno beber entre una o dos tazas al día, si se respeta esto no existe problema alguno para las embarazadas.
Una forma segura de beber té de manzanilla, es bebiendo media taza por la mañana y media taza por la tarde, ya que sus propiedades sedantes y para aliviar el dolor y conciliar el sueño; son beneficiosas para las embarazadas. Además cuando aparecen las náuseas matutinas en el embarazo, se puede beber un té de manzanilla preparado en casa sin superar los 15 gramos de manzanilla por taza.
También es necesario saber que no es lo mismo beber un té de manzanilla en el embarazo que aplicar medicamentos o productos en base a manzanilla o camomila; esto porque el concentrado de los medicamentos y productos puede ser mayor si se compara con un té. Un claro ejemplo de esto, es el aceite de manzanilla el que no es recomendable utilizar durante el embarazo. Por otro lado, las mujeres que han sido pronosticadas con una alergia al polen o fiebre del heno, lo que produce secreción nasal, estornudos frecuentes y ojos llorosos; no deben beber té de manzanilla, ya que se pueden empeorar los síntomas.
Así como existen hierbas recomendadas en el embarazo como la manzanilla para las náuseas y para conciliar el sueño, siempre en bajas dosis, también existen otras hierbas que son recomendadas como; el té de menta o té de melisa para los vómitos y nauseas, la flor de romero para el dolor de cabeza, y hoja de palto para la tos, existen otras hierbas que están prohibidas en el embarazo ya que son peligrosas. Como es el caso de la borraja, cúrcuma, ajenjo, hinojo, ginseng, enebro, milenrama, poleo, perejil, ruda, salvia y ruibarbo.
El mate o té de colores están prohibidos en altas dosis ya que bloquean la absorción de calcio y hierro, mientras que el café está prohibido ya que estimula la secreción de insulina en el páncreas, facilitando la aparición de diabetes durante el embarazo; además de impedir la absorción de hierro. En cuanto al té de manzanilla, lavanda, tila, pasiflora o romero, pueden ser bebidas pero con moderación, donde lo ideal es siempre beber una o dos tazas al día no más que esto.