Constantemente estamos hablando de la alimentación saludable, de lo importante que es, de sus beneficios y de lo bien que hace a nuestra salud, sobre todo si la combinamos con tener una actividad física constante y beber mucha agua. Sabemos que es muy importante nuestra nutrición, pero puede que cuando pienses en qué cocinar durante la semana te quedes pensando y no encuentres soluciones más allá de lo que cocinas siempre, o algo poco nutritivo.
Aunque se suele pensar que lo mejor es hacer 3 comidas al día, la realidad es que son 5. Repartidas las necesidades energéticas en estas comidas, nos encontramos con que el desayuno supone un 25%, la comida un 25%, la merienda un 15% y la cena un 25%:
Para que no te hagas problema, en hoy te mostramos una idea de un menú semanal equilibrado, para que lo prepares con confianza y con la tranquilidad de que estás comiendo saludablemente.
¿Qué significa comer equilibrado?
Comer balanceadamente, o una comida equilibrada se refiere a que consumamos alimentos de todos los grupos que son fundamentales para nuestra salud, como las carnes, los lácteos, las frutas, verduras y cereales, los que debemos consumir de forma combinada durante la semana.
Comer equilibradamente no significa que tengas que demorarte horas y horas en cocinar una súper comida, sino que puedes hacer algo fácil (hasta una pizza) que incluya los alimentos que necesitas. Si tienes el problema de que a tu familia no le gustan algunos alimentos, puedes prepararlos de una forma más rica o más estimulante, para que se puedan nutrir bien.
- Un desayuno completo, que aporte una ración de lácteo en forma de leche, yogur o queso fresco, añadiendo hidratos de carbono como pan, cereales o galletas y una ración de fruta entera o en forma de zumo.
- Una parada a media mañana en la que repongamos energía con galletas, cereales o pan, y que podamos acompañar de algún lácteo o proteínas como pavo, jamón cocido, lacón o jamón serrano, si nos apetece. Otra opción sería añadir una pieza de fruta. Si desayunas muy temprano y comes tarde, puedes repartir esta media mañana en dos tomas, y si te levantas tarde y comes pronto, puedes hacerla en menos cantidades o eliminarla.
- La comida debe ser un tercio de nuestra ingesta diaria, y es importante que siempre tenga verdura, en ensalada, cocida o salteada, con hidratos de carbono como arroz, pasta, legumbre, pan o patata y proteína en forma de carne, pescado o huevo. Puedes tomar un plato único completo, o repartirlo en dos platos con guarniciones. Elige postres como yogur o fruta, sobre todo si no los tomas entre horas.
- En la media tarde, es esencial hacer una parada relajada, en la que aportemos la energía suficiente para pasar la mitad del día y no llegar con demasiada hambre a la cena. Elige pan, galletas o cereales, o una pieza de fruta, puedes tomar también lácteo o algo de proteína. Como ocurre en la mañana, si en tu caso comes muy pronto y cenas tarde, puedes dividirte esta toma en dos para pasar la tarde más fácilmente.
- Al llegar la cena, debemos tener claro que se trata de una comida ligera que corresponde a un cuarto de lo que comemos al día. Sí que es importante que, de la misma forma que en la comida, incluyas verdura, hidratos de carbono y proteínas, para aportar las suficientes vitaminas, minerales y fibra, además de las calorías necesarias para la noche.
Cantidades y proporciones en las que tomarlas
- El 55% de la ingesta diaria debe corresponder a hidratos de carbono, frutas, verduras y parte de lácteos
- Un 15% se cubrirá con proteínas y parte de lácteos
- El 30% restante se encontrará en las grasas
Idea de un menú semanal equilibrado
Un menú semanal equilibrado podría ser el siguiente:
Desayuno: Es la comida más importante del día, ya que mejora el balance de energía y de nutrientes que nuestro cuerpo necesita a lo largo del día, ayuda a aumentar el rendimiento físico, aumenta la capacidad de concentración y mejora la memoria. Puedes tomar un vaso de leche con cereales, o una fruta, o un pan con una leche. La idea es que comas algo que te prepare para el día, pero que no te caiga pesado.
A media mañana: cuando te de hambre a medio día puedes comer un snack nutritivo, como una fruta, o comer una barrita energética (de las que venden) o prepararte un sándwich de pan integral, vegetariano.
A la hora de la comida: Supone el 35% del reparto de calorías en el día, por lo que es una opción evidente para aportar a nuestro organismo los nutrientes que necesita para continuar la jornada. Puedes comer arroz con carne (de pollo o res) un día, con ensalada de lechuga y tomate. Otro día puedes comer pasta con un trozo de carne y ensaladas (de zanahoria, coliflor, etc). También puedes comer legumbres con ensaladas, o ensaladas surtidas, con huevo y pescado, o puré de patatas con un filete de pescado, o lo que quieras. Todo balanceadamente.
Postre: puedes comer una fruta de postre, o algo más elaborado, como una gelatina, un flan, o un rico postre de arroz con leche. Puedes comerte el postre en el almuerzo, o más tarde. Lo mejor es que no recargues tu estómago con demasiada comida y que cuando te vuelva a dar hambre lo comas.
Media tarde o merienda: supone un 15% del reparto calórico diario, puedes comer una fruta o un sándwich, o un snack, algo más liviano y que te quite el hambre. Puedes aprovechar de tomar líquidos bebiendo un té de hierbas.
Cena: no comer en exceso y sobretodo evitar comidas muy pesadas y difícilmente digeribles, puedes comer algo liviano, una sopa, o unas ensaladas que te permitan ir a dormir con el estómago liviano, pero sin hambre.