La vida moderna nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos alimenticios y a acomodarnos a las nuevas realidades y disponibilidades de alimentos, con los consecuentes excesos y déficit nutricionales.
Es común la presencia de déficits y excesos en la alimentación por falta de educación nutricional y porque el conocimiento ancestral de nuestros pueblos se ha visto desplazado por las nuevas costumbres y la disponibilidad de nuevos alimentos industrializados y los conocidos como chatarra. El desequilibrio nutricional trae como consecuencia desordenes evidentes, siendo los más importantes: Obesidad, diabetes, hipertensión, desnutrición, problemas cardiovasculares y otros desordenes que no necesariamente se exteriorizan.
Las dietas bajas en grasas se asocian con índices crecientes de depresión, problemas psicológicos, fatiga, violencia y suicidio.Cuando el sistema de endocrino se perturba de esta manera (por una dieta alta en carbohidratos refinados como el azúcar), numeroso otras condiciones patológicas se manifiestan pronto: enfermedad degenerativa, alergias, obesidad, alcoholismo, adicción a drogas, depresión, problemas de aprendizaje y problemas de comportamiento.
Predilección por los dulces. Los adolescentes tienden a inclinarse por los alimentos ricos en grasas, pues se ven atraídos por la comida chatarra, los dulces, los postres y las comidas procesadas. Este es un mal hábito alimenticio, pues agrega muchas calorías, favorece la obesidad y, en consecuencia, puede ser generador de hipertensión, diabetes, colesterol alto y enfermedades del corazón.
Esconde los postres, los dulces y los refrigerios ricos en grasas que se encuentran en la cocina, ya que pueden resultar tentadores para los jóvenes que los ven ahí y enseguida tienen deseos de comerlos. Sustitúyelos por frutas frescas de estación. Es una buena forma de estimular el consumo de frutas en los jóvenes.
Consumo de refrescos. La mayoría de los jóvenes sienten pasión por la Coca Cola y los refrescos azucarados, lo cual en exceso es peligroso para su organismo. Por eso, evita comprar gaseosas todos los días y sustitúyelas por agua o jugos de frutas naturales.
El insomnio tiene múltiples causas, en algunos pacientes se relaciona por comer demasiado, acción que interfiere con una buena calidad de sueño porque se dificulta la digestión debido a la enorme carga de alimentos que debe procesar el organismo en una etapa del día que es para el reposo,
A las personas que tienen insomnio les da mucho apetito y esto se relaciona con la ghrelina, una hormona que se secreta en el estómago que favorece la regulación del metabolismo energético.