Aprovecha estas vacaciones para mimarte y conseguir tranquilidad y armonía, buscando el lado positivo de cada momento.
Para evitarlo, lo mejor es sentarse a planificar los días que tenemos y las actividades que queremos hacer, y asignar el mejor día para cada cosa. En esta agenda es obligatorio incluir momentos para nosotros mismos que nos ayuden a relajarnos y sentirnos bien, como ir a la peluquería, darnos un masaje, prepararnos un baño acompañado de velas y música suave o pasar una noche viendo películas en el sofá.
Navidades con poco dinero
Seguro que si estás pasando un mal momento económico la Navidad puede ocasionarte cierta angustia. No dejes que eso te pase. Aunque no lo parezca, la esencia de la Navidad no es el consumismo, sino compartir buenos momentos con nuestros seres queridos. Utiliza la imaginación y haz que todos los miembros de la familia participen:
• Decora la casa con piñas, hojas u otros elementos del bosque que hayáis recogido vosotros mismos. Puedes renovar las macetas pintándolas con motivos navideños.
• Propón a la familia haceros regalos entre vosotros (a modo de amigo invisible) con la condición de que ese obsequio no sea comprado. Por ejemplo, puedes regalar un pastel casero, tejer una prenda de lana, hacer un collage con fotos, etc.
• Prepara cenas de Navidad económicas pero muy vistosas. Por ejemplo, sustituye los entrantes a base de marisco por consomé decorado con puntas de espárragos, huevo cocido, jamón, etc. También puedes sustituir el cordero por una pieza más económica como el lomo de cerdo asado con puré de patatas.
Buena relación con la familia política
En Navidad tenemos más contacto con la familia y es habitual que surjan choques, en especial con la familia política. Para evitar conflictos que nos causen estrés lo mejor es aprovechar estas fechas para generar cambios que mejoren las relaciones.
Estas son algunas recomendaciones para mejorar la relación con la familia política:
• No enfadarse o responder con brusquedad cuando nos dicen lo que debemos hacer. Agradecer la preocupación y responder con tranquilidad diciendo que les pediremos ayuda en caso necesario.
• Explicarles cómo van a ser nuestras visitas. Si intentan imponernos los días de visita, debemos aclararles que deseamos pasar tiempo con ellos, pero que necesitamos poder decidir cuándo y cómo.
• No discutir con tu familia política. Si hay algún comportamiento suyo que te incomoda, explícaselo a tu pareja y procura que sea el otro quien hable con su familia para que cambien esa actitud hacia ti.
• No sobrevalorar a nuestra familia e infravalorar a la de nuestra pareja. En cada casa hay unas costumbres y debemos respetarlas y buscarles el lado positivo.