Entre los múltiples cambios en la vida que sufrimos tras convertirnos en madres, también se afectado el sexo después del embarazo. Más allá del evidente cansancio, toda la atención que nos demanda nuestro hijo y la incomodidad en los pechos, las hormonas post-parto son parte del problema también.
Los niveles de estrógeno bajan después del parto pudiendo causar una escasez de lubricación vaginal, lo que puede hacer el sexo doloroso o menos placentero.
Si esto te está ocurriendo, una solución simple es usar un lubricante tópico durante el sexo. Otra posibilidad es experimentar con diferentes posiciones, cuando la mujer está arriba puede tener un mayor control durante la penetración.
Nunca olvides lo importante que es hablar con tu pareja y explicarle que necesitas ir más despacio. Asegúrate también de hablar sobre el dolor con tu ginecólogo. Estos problemas de lubricación por lo general desaparecen después de suspender la lactancia o después de la reanudación de su período.
No se trata de pasar los nueve meses y creer que todo habrá terminado, más bien hay que pensar que recién empieza. La sexualidad, el placer, el goce de compartir un momento con el cuerpo de la pareja, compiten ahora con un hijo que demanda tiempo, energías, amor y mucha más atención de lo que ambos esperaban. Obviamente el sexo pasa a segundo y hasta un tercer plano.
Pero más allá de los aspectos emocionales y psíquicos de cada pareja, y fundamentalmente de cada mujer y madre, están los aspectos físicos. El dolor puede ser real o mental, sin embargo aparece y se centra en el medio de los dos, evitando el goce y dificultando el placer. El sexo puede convertirse en una tortura e incluso traumatizar a la mujer que evitará, por miedo, volver a intentarlo.
Para eso el tiempo siempre es el mejor amigo y la solución a los problemas. El tiempo todo lo cura, dice el dicho. Tiempo y paciencia entonces deberá aplicarse como remedio contra el dolor delpostparto. No se trata de no tener relaciones sexuales, sino de ir avanzando poco a poco, de comenzar por caricias, de estimular la pasión a través de besos y buscando métodos y formas de gozar sin necesidad de una penetración profunda inicial. De a poco, la sexualidad irá normalizando y la pareja ni lo habrá percibido.
Qué esperar en la relación sexual postparto y qué hacer en cada caso
Uno de los factores que afectan la relación sexual después del parto es la falta de humedad y lubricación vaginal. Al encontrarse la superficie de la vagina tan seca, la mujer siente dolor y al hombre también le dificulta la penetración. A esto debe sumarse que la mujer, durante los primeros encuentros, estará con miedo a sufrir algún dolor, a que se abran los puntos o a lesionar su cuerpo, que ya no es el mismo.
Todas estas razones hacen que la mujer no disfrute con naturalidad del acto sexual y que, por el contrario, esté a la pendiente y atenta a cada movimiento. La lubricación entonces es importante para aliviar tensiones. La falta de ésta se debe a los bajos niveles hormonales del postparto y que pueden no aumentar hasta que la madre deje de darle pecho al bebé.
Existe sin embargo una solución fácil y accesible, basta con comentárselo al doctor para que éste recete una crema lubricante. Si la razón del dolor es por otro motivo también debe decírselo al médico porque puede haber un remedio para cada caso, siempre teniendo en cuenta que la mujer está amamantando.
Un buen consejo que se suele ofrecer es variar las posiciones del acto sexual. Determinadas formas producen una mayor presión sobre la herida y entonces la mujer siente más el dolor por su episiotomía que el placer de la penetración. En definitiva, lo que sí se puede decir que es general, es que habrá que probar varias veces y de distintas maneras hasta encontrar el placer del encuentro sexual.
La sexualidad después del parto
Existen distintas teorías que fueron variando a través de los tiempos y que en algunos lugares continúan persistiendo. Y es el caso de la famosa cuarentena, donde la pareja debía esperar unos cuarenta días pasada la fecha del parto para retomar su vida sexual. Pero más allá de cuanto tiempo se debe esperar, un consejo que no siempre se da pero que resulta práctico es el de no escuchar a las amigas o a la gente que nos rodea.
Las experiencias de pareja a pareja no siempre son las mismas y hay que contemplar cada caso en particular. Suele suceder que el médico dé una fecha aproximada para retomar las relaciones y que alguien nos diga “pero no pasa nada si lo haces antes“. Tal vez sea cierto y nada malo suceda, pero el médico sabe porqué lo dice. No todos los puerperios son iguales, depende de la cantidad de puntos que cada embarazada haya tenido así como la cicatrización del cuello uterino.
Es posible que el médico disponga una fecha por rutina, si la mujer se siente bien y con ganas, puede transmitírselo al doctor, de lo contrario será mejor esperar. Por otro lado, las comparaciones con otros casos resultan siempre nefastas.
Para perder peso, es preferible comer pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día en cinco o seis ingestas –sin saltarse ninguna- que hacer sólo tres comidas más abundantes.