Con el artículo de hoy finalizamos la serie de publicaciones que han tratado sobre los 7 factores de riesgo cardiovascular existentes y de la estratificación de los mismos. En este último artículo hablaremos de uno de los factores altamente modificables, el sedentarismo.
Y es que el sedentarismo irrumpió vertiginosamente a finales del siglo pasado para crear un nuevo estilo de vida. Las facilidades que nos ha proporcionado el desarrollo tecnológico así como la aparición de nuevos empleos completamente estáticos han sido unas de las causas determinantes de este proceso.
La inactividad física se considera un factor concurrente inmediato de morbilidad y mortalidad. Son numerosos los estudios que han evidenciado la existencia de un vínculo entre un estilo de vida sedentario o una baja forma física con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El riesgo de sufrir EC en personas sedentarias es significativamente mayor que el de las personas físicamente activas.
Además, la actividad física también es beneficiosa para mejorar otros factores de riesgo cardiovascular como:
- la reducción de la presión arterial sistólica y diastólica en reposo, con la consecuente mejora de la hipertensión
- la disminución de los niveles lipídicos
- el aumento de la concentración de colesterol bueno (HDL-colesterol) en el suero sanguíneo
- y la mejora de la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina
1) Dejá de fumar. Cero (“0”) es el número de cigarrillos “inofensivos”. El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad y mortalidad evitable y prematura en el mundo.
2) Tomate la presión. Es muy importante el control de sus valores al menos una vez al año, ya que la presión arterial elevada es un trastorno que habitualmente no da ningún síntoma.
3) Chequeá tu nivel de colesterol. El valor óptimo depende de cada individuo y el riesgo es mayor cuando el “malo” o LDL está elevado, y/o cuando el “bueno” o HDL está disminuido. A partir de los 20 años de edad todos los adultos deberían hacerse un análisis, al menos una vez cada 5 años.
4) Evitá la glucemia (azúcar en sangre) elevada. El valor de glucemia ideal es menor o igual a 100 mg/dL. Cuando se tiene más de 50 años, se es obeso, no se practica ejercicio y existen antecedentes familiares, la posibilidad de desarrollar diabetes se eleva al menos al 15%.
5) Ponete en movimiento. Es aconsejable realizar al menos 30 minutos de algún tipo de actividad física moderada, la mayor cantidad de veces posible durante la semana. La actividad física regular puede ayudar a controlar el peso y a disminuir el colesterol, la presión arterial y el riesgo de diabetes.
Según el U.S. Surgeon General se consideran individuos sedentarios con un factor de riesgo positivo de EC a aquellas personas que no participan en un programa de ejercicio regular ni cubren las recomendaciones mínimas de actividad física, es decir, 30 minutos o más de actividad acumulada de intensidad moderada casi todos o preferiblemente todos los días de la semana para gastar unas 200 a 250 calorías al día.