Algunas de nuestras costumbres pueden estar haciendo que los alimentos pierdan gran parte de su valor nutricional.
La mayoría de las frutas y verduras son alimentos que pierden calidad nutricional muy rápido. Desde que son recolectadas hasta que llegan a nuestro plato experimentan una serie de procesos por lo que van perdiendo vitaminas y calidad nutricional, si además de ello algunas de nuestras costumbres de cocinado o conservación aumentan su pérdida, la ingesta de vitaminas que llevamos a cabo no son sólo insuficientes sino casi inexistentes.
Por ello os revelo una serie de procesos que aumentan esa pérdida de vitaminas para tenerlas en cuenta.
La congelación: Este proceso hace disminuir las vitaminas de las frutas y verduras en un 5%, y en el caso de la vitamina C las pérdidas ascienden a un 30%.
Conservación en cámaras frigoríficas: en este caso podría retardar durante algún tiempo la conservación de sus vitaminas siempre y cuando no supere los 10º ya que por debajo de esa temperatura muchas verduras sufren daños.
Conservación en frigorífico o nevera: Aquí duran más tiempo frescas pero cambian el sabor y la textura de los alimentos, muchas veces es mejor conservar en lugares frescos y consumirlos lo antes posible.
La cocción: Quizá este sea el peor modo de ingesta de las verduras ya que la gran mayoría de vitaminas se pierden en el agua de la cocción o se esfuman con las altas temperaturas, por lo que es recomendable comer la mayoría de ellas crudas.
Licuar o triturar: La vitamina C y otras se oxidan al entrar en contacto con el aire, por lo que con el simple hecho de cortar las verduras ya pierden gran cantidad de vitamina, así que la recomendación es beberse los zumos o preparados de verduras como el gazpacho inmediatamente de su preparado, al cabo de las dos horas ya no queda ni rastro de vitamina C.