Cómo salir a cenar y no perjudicar tu dieta

Jesus L. Rodriguez

Cómo salir a cenar y no perjudicar tu dieta

¿Estás a dieta y te han invitado a cenar? Probablemente ya sepas que te verás tentado de comer en exceso y los esfuerzos que has hecho se verán perjudicados por una sola noche de comer fuera de casa.

La realidad muestra que es muy sencillo tentarnos cuando cenamos en un restaurant. Muchos de estos sitios tienen opciones para aquellos que están a dieta. Sin embargo, puede ser complicado rechazar todas esas calorías extras que nos ofrecen los platos más suculentos. No te preocupes. Existen ciertas decisiones pequeñas que harán que tu comida se vuelva más saludable.

Intenta tomar una sopa de caldo de verduras o una ensalada liviana antes del plato principal. Así evitarás comer en exceso más tarde. Además, también puedes acompañar tu plato con una ensalada (en vez de optar por las clásicas papas fritas). También puedes evitar el queso o el tocino en tu hamburguesa.

Para que veas que comer de menú sin engordar es algo sencillo, aquí tienes unos consejos para que no se disparen las calorías totales del día:

  • No llegues a la comida con mucha hambre. Para ello es importante realizar cinco comidas al día. Elige para el tentempié del mediodía y de la merienda entre un par de piezas de fruta, un yogur con frutos secos o una infusión con un minibocadillo.
  • Modera las visitas a restaurantes tipo buffet o autoservicio. Es una manera de evitar tentaciones. Es normal que ante la visión de tanta comida nos pasemos llenando el plato y queramos probarlo todo.
  • No te excedas con las bebidas. Suele ser frecuente llegar al restaurante con sed y pedir un refresco o una bebida con alcohol. Es preferible que aplaques esta sensación con agua y luego veas si te apetece beber otra cosa.
  • No piques con los entrantes. Una táctica muy utilizada por los restaurantes es traer algo de aperitivo (pan, mantequilla, patatas, aceitunas…). Recházalo con educación, espera un poco y no te arrepentirás.
  • Los primeros platos suelen llevar menos calorías, menos grasas y más carbohidratos complejos que los segundos, por lo que son más aconsejables para controlar el peso y el colesterol.
  • Respecto a los segundos, elige carnes magras (pollo sin piel, pavo, conejo, ternera, algunas partes del cerdo -lomo, la paleta y el solomillo-) y pescados. Acostúmbrate a pedir las cosas a la plancha, a la parrilla o asadas. Y de acompañamiento mejor ensaladas, verduras cocidas o a la plancha que patatas fritas.
  • Las salsas, pide que te las sirvan aparte y escoge las que están hechas de tomate u otros vegetales mejor que las de nata o leche. Los aliños será preferible utilizar aceite de oliva que otras emulsiones.
  • El pan, ¿quién ha dicho que el pan está prohibido? Aquí la única norma es que no se debe tomar antes de que llegue el primer plato.
  • No hace falta comérselo todo. Ya sabemos lo insistentes que se ponían nuestras madres con que dejásemos el plato limpio. Cuando comemos fuera, muchas veces las cantidades son excesivas, toma sólo lo que necesites.
  • No repitas. La clave de una dieta no está en dejar de comer, si no en no hacerlo en exceso.
  • Opta por un postre sano. Si te apetece, selecciona fruta fresca, un lácteo o un sorbete y evita las tartas, pasteles o helados.

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