La menopausia trae consigo una verdadera revolución hormonal en las mujeres. Con la pérdida de la fertilidad, vienen síntomas realmente molestos como los sofocos nocturnos, los cambios de humor, la distensión abdominal y los problemas para dormir. Un sencillo truco para reducir los síntomas de la menopausia es tener una alimentación saludable.
En VivirSalud, te acercamos algunos consejos sobre cómo alimentarse en la menopausia para que esta etapa natural de la vida te encuentre sana, con una buena nutrición y con menor riesgo de enfermedades.
Alimentación durante la menopausia
Pescados
El pescado es un alimento muy saludable que debemos consumir al menos dos veces por semana, especialmente aquellos ricos en ácidos grasos beneficiosos para el organismo, como el salmón o la trucha. Se ha investigado que los ácidos grasos del pescado -como el Omega-3- previenen el cáncer de mama y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas, el que aumenta con la menopausia.
Alimentos ricos en calcio
Leche, yogurt, queso y demás productos lácteos bajos en grasa, espinacas, brócoli, col, almendras… Estos son algunos alimentos con calcio que las mujeres debemos consumir, sobre todo al llegar a la menopausia. Después de los 50 años, las mujeres necesitamos alrededor de 1200 mg de calcio al día, puesto que la pérdida de estrógenos de la menopausia dificulta la absorción de este mineral en los huesos.
Una manera de brindarle al organismo la cantidad diaria de calcio que necesita para prevenir enfermedades como la osteoporosis es consumir, por ejemplo y para que tengas una idea, una taza de leche baja en grasa, una taza de café con leche y una taza de unos 250 ml de yogurt.
Aliviar la hinchazón
El problema de la hinchazón o distensión abdominal es muy común a partir de la perimenopausia (la etapa previa a la menopausia) debido a la revolución de hormonas que la mujer experimenta en ese ciclo de su vida. Una manera de aliviar este síntoma es consumir alimentos ricos en fibra como el pan de grano entero, frutas como las manzanas y las peras, verduras, frijoles, lentejas y maíz.
Al mismo tiempo, también es importante reducir el consumo de sal y carbohidratos procesados, pues estos aceleran la retención de líquidos en el organismo.
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