No se prive: cómase el pastel o dulce que más le guste y no se abstenga de celebrar la Pascua junto con sus compañeros y familiares. La clave para comer de todo sin riesgo de sufrir sobrepeso, una indigestión o una depresión por eliminar las tentaciones que rompan la dieta mantenida hasta entonces a rajatabla, está en compensar los excesos. Una recomendación asumible si no se padecen enfermedades, pero que se complica en personas que sufren diabetes, obesidad, celiaquía o hipercolesterolemia, afecciones que exigen una alimentación que debe seguir patrones estrictos.Además, saltarse -sin exagerar- el régimen en estas fechas, lejos de ser perjudicial, puede devenir beneficioso desde el punto de vista emocional. Pero no nos engañemos; hay que tomar medidas para contrarrestar los excesos.Pero no hay que alarmarse, porque si después de comer se da un largo paseo y compensamos el exceso del mediodía con una cena muy ligera y con un menú normal el día siguiente, este aporte extra de calorías no se traducirá en mayor peso.
No descuidar los hábitos saludables
Hay que planificar un menú que permita disfrutar de la gastronomía sin dejar de lado los hábitos saludablesLa propuesta es planificar un menú que permita disfrutar plenamente de los placeres de la buena mesa atendiendo a su vez a las características nutricionales de los alimentos, o dicho de otro modo, cuidándonos un poco. Una medida eficiente es introducir sabiamente los alimentos menos calóricos -verduras, frutas, pescados y carnes magras-, y hacerlo con preparaciones y presentaciones más elaboradas y menos cotidianas, que los conviertan en platos especiales y atractivos.Así se puede crear un menú exquisito y equilibrado, en el que alimentos depurativos como hortalizas y algunasplantasque ayudan a evitar o reducir las molestias que acompañan a los excesos (pesadez, flatulencia, dolor de cabeza, acidez) tiene también protagonismo. A todo el mundo, y esto no hay excepciones, le gusta que las comidas festivas le sienten bien. Aprovechemos esa baza. Por otro lado, poco o nada cuesta mantener también en Navidad las sanas costumbres adquiridas: no picar entre horas, no abusar de comida rápida, embutidos, patés, quesos, salsas calóricas, etc, o preferir los refrescos light. Abandonar estas saludables prácticas es más perjudicial que ganar unos kilos.