A través de la alimentación podemos combatir muchas enfermedades, una de estas es el cáncer de mama. Hoy vamos a hablar sobre cuáles son algunos de los hábitos que deberías mantener para prevenirla, ya que, la prevención es la mejor forma de luchar contra una enfermedad, ¡presta mucha atención!
El primer consejo que vamos a darte es que te mantengas activa, recuerda que la vida sedentaria no nos ayuda en nada y empeora nuestra circulación. Debes realizar actividad física de 35 minutos a una hora por día, esto te ayudará a reducir el riesgo de padecer cáncer. Además, es preferible que practiques actividad física al aire libre, ya que, esto además te aportará vitamina D, aunque, recuerda siempre utilizar protección.
Por otro lado, es importante que le digas adiós a las grasas, especialmente las animales, lo mejor es que evite las carnes rojas, huevos, manteca, embutidos, entre otras cosas. También debes tener mucho cuidado con las cantidades, recuerda que los alimentos grasos no deben exceder el 25-30% de las calorías de nuestra dieta. Por último, debes tener en cuenta que la fibra es sumamente importante en la alimentación, así como aquellos alimentos que son ricos en vitamina A, C y E, ya que ayudan a proteger nuestro organismo.
La mastectomía preventiva es la extirpación quirúrgica de la mama para prevenir el cáncer. Generalmente, suele hacerse en los dos pechos cuando las mujeres tienen antecedentes familiares de cáncer de mama, cáncer de mama previo, BRCA1 o 2, carcinoma lobular, radioterapia en el pecho, o microcalcificaciones de mama difusas o tejido mamario denso. Sin embargo, a pesar de que reduce las probabilidades de cáncer de mama hasta en un 90%, tiene otros riesgos como sangrados, infecciones o efectos psicológicos.
Luego de esto, algunas mujeres deciden llevar a cabo una reconstrucción del pecho mediante cirugía plástica. Debemos tener en cuenta también que puede ser una mastectomía total o subcutánea, en la que se preserva el pezón, como en el caso de Angelina Jolie.
Terapia hormonal
Los estrógenos y la progesterona pueden estimular el desarrollo de cáncer de mama, por lo que la terapia hormonal intenta disminuir al mínimo esa posibilidad de un cáncer relacionado con las producción de hormonas.
Existen varias estrategias, que van desde el bloqueo de la función ovárica mediante una cirugía menor en la que se extirpan los ovarios hasta el bloqueo de los estrógenos. En algunos casos, se puede plantear suprimir momentáneamente la función de los ovarios con medicamentos liberadores de la gonadotropina.
La quimioprevención reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres que tienen altas probabilidades de padecerlo. En esta terapia se administran una serie de medicamentos, especialmente el tamoxifeno o raloxifeno.
El tamoxifeno bloquea los efectos del estrógeno, una hormona que influye en el desarrollo de muchos tumores mamarios. Es un medicamento dentro del grupo de los SERM (moduladores selectivos de los receptores de estrógeno). En general, se toma durante cinco años, en mujeres de 35 o más años que aún no han pasado la menopausia. Sus efectos secundarios son los sofocos, sequedad vaginal y problemas urinarios, y, menos comunes, los cóagulos de sangre y el cáncer de cuello uterino.
El raloxifeno, por su parte, es casi el mismo tipo de fármaco, solo que se debe tomar en mujeres que ya han pasado la menopausia, y además tienen un menor riesgo de coágulos de sangre.
Estos eran algunos de los consejos que teníamos para darte, aunque, en la próxima nota te damos algunos más, ¡no te la pierdas!