Uno de los efectos del ajo más ampliamente estudiados es el de su acción antiagregante plaquetaría y fibrinolítica. Con este fin se emplea el ajo para prevenir la aterosclerosis y la trombosis, es decir, la formación de un trombo o coágulo sanguíneo en el interior de un vaso que produce su obstrucción.
el ajo actúa directamente sobre dos elementos que intervienen en la formación de trombos: la fibrina, una proteína sanguínea, y el tromboxano, que está presente en casi todos los tejidos del organismo y que, además de encargarse de promover la agregación o unión de las plaquetas, responsables de la coagulación de la sangre, tiene efectos vasoconstrictores.
Los sulfuras de alilo contenidos en el ajo impiden la formación de tromboxano y disuelven los trombos de fibrina. Por otro lado, gracias a su capacidad para atravesar la barrera encefálica, su acción alcanza también a las arterias cerebrales.
El ajo es, igualmente, un poderoso antihipertensivo que disminuye tanto la tensión arterial sistólica como la diastólica. A este respecto, no hay que olvidar que las cifras de tensión arterial elevadas constituyen uno de los más importantes factores de riesgo de padecer un infarto de miocardio.
La clave está en la alicina, que se convierte en esos compuestos de sulfuro de tan mal olor que a veces se quedan impregnados en el aliento.
Esas sustancias reaccionan con los glóbulos rojos de la sangre y producen el sulfido de hidrógeno que relaja los vasos sanguíneos y hace que la sangre fluya con facilidad.
El sulfido de hidrógeno huele a huevo podrido y es utilizado con frecuencia para fabricar bombas de olor. Pero en concentraciones bajas desempeña un papel clave al ayudar a las células a comunicarse unas con otras. Dentro de las arterias o las venas, además, estimula a las células que conforman la membrana para que se relajen y se dilaten.
Como consecuencia, se reduce la presión de la sangre, lo que permite que las células transporten más oxígeno a los órganos vitales, y se reduce la presión sobre el corazón.
La prevención de las enfermedades cardiovasculares a través de la modificación de sus principales factores de riesgo (como el control de la tensión arterial y de los niveles de colesterol en suero) es una estrategia vitalicia. El consumo regular de ajo ha demostrado ser efectivo en el tratamiento complementario de las dislipemias, pero su impacto en los niveles de colesterol (diagnóstico de hipercolesterolemia con colesterol total superior a 200 mg/dl) ha sido inconsistente en algunos ensayos y, por tanto, discutible.
El ajo, ¿crudo o cocido?
Cuando el ajo está crudo contiene una gran cantidad de un compuesto llamado aliína. Al ser cortado o machacado, la mayor parte de aliína se transforma en alicina. Se ha demostrado que estos compuestos, junto con otros más minoritarios, pueden tener un efecto beneficioso sobre el sistema inmune. Los estudios constatan su actividad antivírica, antibacteriana y antifúngica, así como su capacidad como estimuladores y moduladores de la maquinaria inmunológica. En el proceso de cocción del ajo, la alicina y otros compuestos se destruyen y aparecen otras sustancias como la adenosina o el ajoeno. Éstas tienen una probada capacidad protectora sobre el sistema cardiovascular, de hecho, tienen propiedades anticoagulantes y reductoras de los niveles de colesterol.
Como obtener las beneficiosas propiedades del ajo
El ajo crudo puede comerse en ayunas (entre 1 y 7 dientes) y mezclado con otros alimentos, la mejor forma es picarlo finamente y colocarlo sobre las carnes o ensaladas.
Uno de los inconvenientes que presenta el consumo de ajo crudo es el fuerte olor que permanece en la boca, para contrarestarlo basta con masticar luego unas hojitas de perjil durante algunos minutos.
Cuando no es aconsejable consumir ajo
Quienes están tomando medicamentos para la Hipertensión deben tener en cuenta que el ajo puede potenciar el efecto de los mismos y no es conveniente ingerirlo en grandes cantidades sin haberlo consultado con el médico.
Las personas que padecen úlceras digestivas, han sufrido lesiones que produzcan sangrado o van a someterse a intervenciones quirúrgicas no deben comer ajo crudo en abundancia debido a que sus efectos anticoagulantes pueden aparejar riesgos de hemorragias.
En casos de Diabetes o cualquier tipo de enfermedad crónica es necesario preguntar al médico antes de decidir comenzar un tratamiento casero con ajo.
Los beneficios del ajo potenciados, el extracto de ajo añejado
El resultado de estas investigaciones es el proceso de añejado del ajo. Este proceso consiste en un envejecimiento del ajo, una vez limpio y rebanado. La duración del mismo es de veinte meses y se realiza dentro de unos tanques de acero inoxidable. Los resultados del añejado son fundamentalmente dos. En primer lugar, todos aquellos compuestos que están presentes en el ajo crudo y que causan el mal olor e irritación gastrointestinal, se transforman en otros seguros y estables. Así, el extracto de ajo añejado es un derivado del ajo inoloro y totalmente seguro. En segundo lugar, la cantidad de muchos de los compuestos azufrados que encontramos en el ajo crudo y que son muy útiles terapéuticamente, como la S-acetil cisteína, se ve incluso triplicada después del añejado. Por otro lado, en este proceso se generan compuestos azufrados nuevos que no están presentes en el ajo crudo. Por ejemplo, la S-alil mercaptocisteína, un potente reductor de los niveles de colesterol, antitumoral, protector hepático e inmunoestimulador..
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Gracia por tener esta pág. Que es muy buena
el ajo como para condimentar comidas me gusta mucho pero queria saber si es bueno para adelgazar y como podria utilizarlo gracias me gusta mucho sus consejos