Cada vez que profundizamos más en las formas naturales para mantener una vida saludable, nos topamos con nuevas preparaciones o alimentos naturales, que permiten añadir a nuestra dieta valiosos nutrientes y sin ocasionar ningún tipo de problema, como en el caso del amaranto.
Este es un vegetal muy nutritivo y que pese a haber integrado la base alimenticia de los antiguos pueblos centroamericanos, recién ahora está comenzado a ser visto como un potente y saludable alimento. Veamos, entonces, algunos de los beneficios del amaranto.
¿Qué es el amaranto?
Se trata de un vegetal similar a la espinaca, que puede llegar a medir incluso hasta 4 metros de altura, compuesto por largas hojas fibrosas y una especie de espiga florecida donde se acumulan los granos, siendo estas partes de la planta las más buscadas por fines alimenticios. Aunque debe tenerse en cuenta que existen más de 60 variedades de amaranto, y que dependiendo de cada variedad, es recomendable comer los granos o las hojas.
Su cultivo se realiza principalmente en climas cálidos, en países como México, Nepal, India y Perú, pero también resulta viable en terrenos pobres, siempre y cuando el clima no sea excesivamente frío, estando listo para su cosecha a apenas 6 semanas después de haber sido cultivado.
Propiedades nutricionales del amaranto
Como ya mencionamos, la fama de esta planta que cada día se acrecienta más debido a sus importantes valores nutricionales, que han permitido incluso comparar al amaranto con los aportes nutricionales de la leche. Esto es debido a su alto contenido en proteínas completas, fibras dietéticas, calcio, hierro, potasio y un contenido equilibrado en minerales y vitaminas. Tiene además un beneficioso conjunto de aminoácidos, grasas poli insaturadas, y con la ventaja de que no altera los niveles normales de colesterol.
Para tener una mejor idea sobre su información nutricional, talvez te sea de ayuda saber que por cada ½ taza de amaranto se estaría consumiendo unos 14 gramos de proteína, 15 gramos de fibra, alrededor de 370 calorías y 5 gramos de grasa.
Asimismo, genera un rico aporte en minerales como el magnesio, hierro, fósforo, zinc, calcio, manganeso, potasio y cobre. Mientras que entre su contenido vitamínico se destacan la vitamina C, la B6 y la vitamina K, así como las riboflavonas, acido fólico, niacina y tiamina.
¿Cómo consumir el amaranto?
Si nos guiáramos por la gastronomía centroamericana, existirían miles de formas a la hora de preparar el amaranto como alimento, pues esta planta, junto al maíz y los frijoles, constituyó el principal alimento de pueblos como el azteca. Pero, en general, podemos comentarte que las hojas de amaranto resultan ideales para consumir de la misma forma que las espinacas, pudiendo ser en ensaladas, o de forma hervida o frita, mientras que con las semillas pueden utilizarse desde en forma de harina, hasta como granos de cereal, para preparar palomitas, o consumir de forma tostada.
Además, el amaranto se trata de un alimento muy fácil de conservar, que perfectamente puedes tenerlo entre una semana y 6 meses en el refrigerador, según se trate de sus hojas o granos respectivamente, por lo que puedes hacerte una pequeña provisión de este para así añadir un toque más nutritivo a todas tus comidas.