La leche por tener un alto contenido de calcio, favorece a la formación de los huesos y ayudan a prevenir la osteoporosis
La leche suele ser un alimento un tanto controversial, ya que en ocasiones se nos dice que no es del todo recomendable para nuestra salud y hay quienes sostienen lo contrario. Hoy vamos a dejar esto de lado y hablar de por qué la leche beneficia a los niños, teniendo en cuenta esta información podrás tomar una decisión con respecto a esto o buscar un sustituto con características similares.
Uno de los beneficios que da es que aquellos niños que beben leche estarán en mejor forma durante la edad adulta, esto en realidad incluye a todos los productos lácteos, no solamente a la leche. También disminuye la posibilidad de quebrarse algún hueso o de sufrir osteoporosis en la vejez. La leche además evita los problemas bucales como las caries o problemas en las encías.
Por otro lado, ayuda a dormir mejor, ya que alivia el estrés y relajar los músculos. De esta forma, al pequeño le será mucho más fácil dormirse. También contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales, como gran variedad de vitaminas, calcio, magnesio, fósforo, potasio, zinc y riboflavina. Por último, resaltamos que ayuda en la hidratación, es difícil que los niños tomen toda el agua que deberían, por eso lo que podemos hacer es darles un base de leche cada tanto.
Cantidades recomendadas diarias de lácteos para niños y adolescentes:
- Dos a 3 años de edad: 2 tazas
- Cuatro a 8 años de edad: 2½ tazas
- Nueve a 18 años de edad: 3 tazas
Una taza de lácteos equivale a:
- Una taza de leche
- Ocho onzas (236 ml) de yogur
- Dos onzas (56 gr) de queso americano procesado
- Una taza de budín preparado con leche
Los beneficios de estos productos para el crecimiento de los niños y bebés se concretan de la siguiente manera:
- El calcio contribuye a fortalecer los huesos y los dientes y previene la osteoporosis, que es la falta de densidad ósea. Si los huesos no son suficientemente duros y densos será más fácil sufrir fracturas en ellos. Igualmente, el calcio ayuda a regular la frecuancia cardíaca y reduce la tensión arterial. Finalmente, facilita la buena salud de los músculos, que se valen del calcio para realizar sus contracciones. Dos vasos de
leche al día aportan un 75% de las cantidades de calcio recomendadas al día. - Beber dos vasos de leche o tomar sus derivados puede aportar hasta el 70% del calcio que nuestro cuerpo requiere diariamente. Además, en el caso de los niños que aún están creciendo y desarrollándose, este calcio es indispensable para fortalecer sus huesos, mejorar su desarrollo psicomotor así como para reforzar su sistema inmunológico.
- Las distintas vitaminas impiden el desarrollo de gérmenes patógenos en los intestinos gracias al trabajo del ácido láctico, que transforma la lactosa en bacterias intestinales. Precisamente por este efecto fisiológico, la ingesta de leche no está indicada para las horas previas de un ejercicio físico intenso, ya que el ácido láctico limita el desarrollo de la fuerza muscular.
- Un vaso de leche aporta el 39% de la cantidad diaria recomendada de riboflavina (vitamina B2), un nutriente imprescindible para la integridad de la piel y, especialmente, para la córnea, por lo que tiene un gran peso en el mantenimiento y el desarrollo de una buena visión. Esta vitamina también desintoxica el organismo y contribuye a la producción de energía del organismo.
- Las proteínas son esenciales para el crecimiento porque ayudan en la formación de las defensas, las hormonas, los jugos digestivos y la regeneración de tejidos. La leche suele contener entre un 3 y un 5% de proteínas.
- la leche, incluso la que lleva chocolate, puede prevenir a los niños de enfermedades en los dientes como las caries, así como también problemas en las encías. Si lo que queremos es evitar el dentista y que los dientes definitivos salgan con mucha fuerza, no dudes en darle a tu pequeño leche.
- Finalmente, el aporte de hidratación de la leche es notable, ya que está compuesta de ella en un 88%.
Una dieta equilibrada donde se incluya leche y productos lácteos, unida a una actividad física regular durante la infancia, proporcionara protección a los niños y les permitirá desarrollarse y crecer de forma sana.