La alergia a la leche es una condición con la que nacen algunos niños. A pesar de tener síntomas parecidos a la intolerancia a la lactosa, son dos entidades diferentes, pues la alergia a la leche es menos común. Esta condición se caracteriza por una respuesta anormal del sistema inmunológico a algunas de las proteínas contenidas en la leche de vaca, siendo la caseína la proteína que más genera estas reacciones.
La diferencia entre la alergia y la intolerancia radica en que la alergia se produce por reacción indebida a las proteínas de la leche, y la intolerancia se trata de la incapacidad de digerir correctamente la lactosa que está presente en la leche. Este tipo de alergia la pueden padecer personas de cualquier raza y edad, la mayoría ya nacen con esta condición. Sin embargo, también puede ser desarrollada durante el crecimiento, y en algunos casos, se puede presentar durante la vida adulta.
La alergia a la leche la pueden padecer personas de todas la edades; de todos modos, se trata de un tipo de alergia que abunda más en los lactantes (la padecen entre el 2% y el 3%), aunque la mayoría de ellos la supera con le edad.
Si cree que su hijo padece alergia a la leche, hable con el pediatra sobre la posibilidad de probar reemplazar leche artificial elaborada sin leche de vaca y de los lácteos en general.
La alergia a la leche ocurre cuando el sistema inmunitario interpreta equivocadamente que la proteína de la leche es una sustancia peligrosa, contra la que se debe defender el organismo. Esto inicia una reacción alérgica, que puede hacer que el bebé se ponga inquieto e irritable, se le revuelva el estómago y presente otros síntomas. Muchos de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la leche de soja.
Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial. Los investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un importante componente genético.
Generalmente, la alergia a la leche desaparece por si sola cuando el niño tiene entre 3 y 5 años, aunque hay algunos niños que no la superan con la edad.
La alergia a la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa. Esta afección, que consiste en la incapacidad para digerir el azúcar lactosa que contiene la leche, es muy poco frecuente en los lactantes y mucho más frecuente en los niños mayores y los adultos.