Alergia estacional y ejercicio físico

Jesus L. Rodriguez

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Estabas tranquilamente cumpliendo tu rutina de ejercicios en el parque hasta que ¡¡atchúuus!! ¡¡atchúuuus!! Empezó el inoportuno ataque de alergia estacional: no solo no puedes parar de estornudar, sino que te pica y te gotea la nariz, tus mejillas se ponen coloradas y tus ojos lloran.

Sin dudas, un ataque de alergia puede arruinar por completo tu entrenamiento. Pero eso no significa que debas dejar de hacer ejercicio. ¡Todo lo contrario! La actividad física es buena para fortalecernos ante infecciones, aunque es recomendable que, si padeces de alergia estacional, tomes los siguientes cuidados a la hora del ejercicio:

Antes de salir a hacer ejercicio al aire libre consume algún medicamento antialérgico que estés acostumbrado a tomar, o come una cucharada de miel. Esto te ayudará a prevenir o reducir los síntomas de un ataque de alergia, tos, estornudos y picazón en los ojos mientras te estás ejercitando.

Otra medida para evitar un ataque de alergia es hacer ejercicio bajo techo. Sí, tal vez la mañana esté hermosa como para salir a correr o caminar por el parque, pero ten en cuenta que los mayores niveles de polen se encuentran en el aire a ese momento del día.

¿Y si no hago ejercicio? Pues esa no es la solución. El ejercicio físico es una manera de combatir la alergia estacional, pues el calentamiento del cuerpo ayuda a limpiar los senos nasales haciendo que la congestión disminuya.

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