Las causas por las que podemos llegar a sufrir de estrés no son solamente psicológicas, pues también existe una relación entre la nutrición y los estados de ánimo. Cuando llevamos una dieta deficiente y no llegamos a cubrir las necesidades de nuestro organismo podemos tener carencias energéticas.
Necesitamos alimentos para obtener la energía, pero al mismo tiempo que nos otorgan energía provocan un fuerte estímulo en nuestros estados de ánimo.
Algunos alimentos pueden ser considerados alimentos estresantes y afectar nuestro humor y emociones. Por ejemplo pueden alterar los niveles de glucosa lo cual influye directamente sobre los estados mentales.
Los alimentos estresantes son:
Alimentos o bebidas con cafeína: La cafeína estimula el sistema nervioso central y es un energizante natural, las propiedades del café tienen algunas ventajas para la salud pero en el caso del estrés deberíamos evitar el consumo de cafeína que puede empeorar la ansiedad, nerviosismo y envejecimiento prematuro.
Azúcar: El azúcar eleva la insulina en la sangre y nos produce picos de hipoglucemia. Esto hace que experimentemos cambios de humor, irritación y depresión entre otros, y además limita la inteligencia. Esto se acentúa cuando ingerimos mucha cantidad de azúcar de una sola vez. Si no puede resistir los dulces, con azúcares refinados que son los peores, debería consumir porciones muy pequeñas lo más separadas en el tiempo posible.
Alcohol: Las bebidas alcohólicas tiene muchas desventajas, especialmente si estamos atravesando por momentos difíciles emocionalmente, el alcohol puede llegar a producir tensión nerviosa,insomnio, reducir las defensas y dificultar la desintoxicación del cuerpo.
Alergénicos e intolerancias: A muchas personas les afecta tomar leche o comer carnes rojas, pero hay que prestar atención a lo que comemos y tratar de identificar algún alimento que pueda alterarnos. Cada persona puede reaccionar mal ante un alimento específico en particular, la primera impresión para darse cuenta de esto es si un plato nos ha caído mal.
Existen alimentos que nos desestabilizan y nos desnutren, y otros que tienen sobre nosotros un efecto equilibrante y hasta relajante.
Ciertos alimentos, como los hidratos de carbono refinados (bollos, azúcares, golosinas, pan blanco…) nos producen fuertes altibajos de glucosa en sangre, lo que da lugar a un aumento en la secreción de insulina para contrarrestarlo. Este proceso produce a la vez una reducción de glucosa demasiado intensa, lo que se manifiesta en dificultad para concentrarse, falta de energía, irritabilidad, temblores de manos, sudoración… Y esto lo solemos solucionar tomando más azúcar, un café o una cocacola…, o sea, creando un círculo vicioso.
Las bebidas o alimentos estimulantes -café, cocacola, chocolate- estimulan la producción de adrenalina, lo que produce un estado similar al causado por el estrés. Aunque en el momento nos ayudan a espabilarnos, después el resultado es peor.
También existen alimentos con efecto estresante debido a su escaso contenido en nutrientes. Por ejemplo, la comida fast food o los alimentos hipocalóricos típicos de dieta, que no sacian nuestra hambre, no nos nutren, y nos provocan un gran estado de nerviosismo.
Comer mucho, tomar demasiadas grasas saturadas, azúcares, alcohol o alimentos demasiado ricos en conservantes y aditivos también nos hace sentir mal, pesados y cansados.
Tu dieta antiestrés
Si no consigues controlar el estrés, lo primero que debes hacer es revisar tus hábitos alimenticios. Además de hacer cinco comidas diarias y evitar la comida basura, potencia el consumo de:
Cereales integrales
Avena, arroz, centeno. Sobre todo en el desayuno. Proporcionan energía estable y son ricos en micronutrientes, necesarios para su metabolización.
Legumbres
Contienen aminoácidos esenciales para el organismo y una gran cantidad de fibra, lo que las convierte en alimentos muy saciantes.
Verduras y hortalizas
Son básicas en una dieta sana para que el cuerpo obtenga las vitaminas y antioxidantes que necesita.
Pescado azul
Contiene nutrientes cardiosaludables que protegen el corazón del estrés.
Semillas
De calabaza, lino o sésamo, una pequeña cantidad diaria te aporta nutrientes con gran poder equilibrante.
Fruta
Su azúcar se tolera mejor y contiene grandes cantidades de agua y fibra.
Algas
Son ricas en oligoelementos, sustancias básicas para el buen funcionamiento del organismo.
Levadura de cerveza
Por su alto contenido en vitaminas del Grupo B, protege tu piel, pelo y uñas, y te da buen humor.
Polen, jalea real
Son suplementos que te ayudarán a tener energía para combatir el estrés.