No, el concepto es ?hay alimentos con más calorías que otros?. Un Kg de un alimento muy graso (helado de crema) significará calóricamente hablando, lo mismo que varios Kg de otro alimento (15 Kg de lechuga).
Muchas personas engloban los alimentos en dos grupos: los que engordan y los que no engordan. Esta clasificación carece de fundamento nutricional y puede provocar que sigamos una dieta inadecuada.
Un alimento por si solo no tiene capacidad de engordar o no engordar. El valor energético de un alimento concreto o un plato está determinado por el contenido en macronutrientes del alimento o del plato, y por la cantidad que la persona consuma a lo largo del día o habitualmente. La clave: comer de todo de forma equilibrada y en las proporciones adecuadas.
El valor energético se mide en calorías y una caloría es siempre una caloría, provenga de donde sea. Hay dietas que producen la pérdida de muchos Kg por semana ¿eso es saludable? Son muy desequilibradas y, por lo tanto, peligrosas para la salud, en este tipo de dietas la mayor parte del peso que se pierde es fundamentalmente agua y músculo. Producen trastornos severos del metabolismo con importantes pérdidas de minerales.
Como estas dietas, al igual que los métodos que favorecen la pérdida de agua, como la sauna o el uso indiscriminado de diuréticos, no se pueden mantener mucho tiempo, se produce un efecto rebote y se puede ganar más peso del que se ha perdido. En este caso se gana grasa mientras que la masa muscular es más difícil de recuperar.
Lo primero que hay que saber es que cuando se dice que un determinado alimento engorda es lo mismo que afirmar que éste aporta energía al organismo. Un alimento engorda cuando el organismo no ha «quemado» o utilizado toda o parte de la energía que el alimento en cuestión le ha proporcionado. Esta energía no gastada se ha transformado, seguramente, en grasa aumentando las reservas del organismo o, lo que es lo mismo, engordando.
Todos los alimentos, excepto el agua, aportan energía. Vamos a puntualizar esta información. Lo primero que hay que resaltar es que no existen alimentos que adelgacen, sino alimentos más calóricos que otros. Partiendo de la base de que el agua es el único alimento que no engorda (tanto si lleva como si no lleva gas), los productos más ricos en agua serán lógicamente los menos energéticos.
De esta manera, las verduras, las frutas o las preparaciones como los caldos o las sopas son poco calóricas. Por el contrario, los alimentos que no contienen agua en su composición o tienen muy poca cantidad y que además presentan un contenido importante de grasa serán, naturalmente, los más calóricos, como es el caso de los aceites o los frutos secos.
Ésta es una teoría clara y concreta a la hora de escoger y programar una alimentación más o menos calórica o, lo que es lo mismo, más o menos energética.