La ingesta de zumos naturales es un medio muy adecuado para la recuperación del organismo tras haber realizado actividad física. Sin embargo, se los podría utilizar para que esa recuperación sea superior y mucho más efectiva. Finalizado el estímulo de entrenamiento, el organismo comienza una etapa que se llama de anabolismo, es decir de ganancia y recuperación de nutrientes, tejido muscular y energía. Para eso, utiliza el combustible y los nutrientes que va recibiendo a través de la ingesta de alimentos y líquidos.
De ese modo, va reparando tejidos dañados, acumulando nuevamente las reservas agotadas y distribuyendo donde necesite las vitaminas y minerales que son compuestos útiles, para que las reacciones químicas se realicen sin inconvenientes.
Los zumos naturales pueden cubrir todas esas necesidades de vitaminas y oligoelementos y aportar algo de combustible. Pero también pueden ser utilizados en forma más específica.
Básicamente hay dos tipos de actividad física:
- Aeróbica
- Fuerza
La aeróbica, utiliza en forma predominante un tipo de combustible, el glucógeno (hidratos de carbono acumulados a modo de reserva en el músculo) y las grasas.
El entrenamiento de fuerza, también utiliza en menor proporción al glucógeno, pero lo que predomina es la destrucción de tejido muscular, que luego deberá ser reparado.
Los ejercicios aeróbicos consumen mucha glucosa y grasas, la glucosa es una forma de azúcar. El zumo debería estar preparado, por tanto, principalmente con frutas de sabor más bien dulce, como melocotón, nectarina, pera, y manzanas de piel roja que son las menos ácidas, entre otras frutas. Aportando nutrientes y combustible, por lo que es preferible al consumo de azúcar en su forma simple.
En los ejercicios de fuerza, la pérdida de tejido muscular que inevitablemente se produce, debe ser reparada con la ingesta de proteínas; y resulta que éstas se absorben mucho mejor si van acompañadas de zumos que estén preparados con cítricos o que tengan un aporte importante de vitamina C, como la naranja, lima, fresa, y toda otra que sea más del tipo ácida.
De esa manera se favorece la preparación del medio adecuado para que se asimilen mejor los aminoácidos (moléculas pequeñas de proteínas), y que la recuperación sea más efectiva.
Zumo de plátano y naranja
El plátano es rico es azúcares de rápida absorción, potasio (mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso) y magnesio (relacionado con los procesos de la transmisión neuromuscular, el balance electrolítico, la liberación de la energía y contribución de la reducción de la sensación de cansancio y fatiga).
La naranja es rica en vitamina C, que interviene en la formación de colágeno y glóbulos rojos, favorece la absorción del hierro de los alimentos, protege frente a las infecciones y tiene propiedades antiinflamatorias. La combinación de ambas frutas en zumo es muy adecuada tras la práctica de actividad física.
El zumo de naranja natural es ideal para tomar antes del desayuno, a media mañana o en la merienda. Además, de ser perfecta para tomar cuando regresamos de entrenar. Esta sabrosa forma de acompañar el entrenamiento, contiene un perfil energético que es recomendado para compensar el deporte realizado y, al mismo tiempo, es rico en vitaminas y minerales.
Zumo de sandia para las agujetas: consumir sandía natural ayuda a evitar los dolores musculares y las agujetas producto del ejercicio. Por esta razón, se recomienda comer sandía aparte que Contiene vitaminas A y C que nos dan energía para realizar la actividad física, Posee propiedades anti-inflamatorias naturales que evitan la hinchazón provocada por sobrecarga del músculo