El estrés tiene una influencia directa sobre nuestra salud física, y durante muchos años la medicina ha infravalorado su incidencia. Sin embargo, con el correr de los años el estrés comenzó a ser considerado seriamente como causa de enfermedades, y en el mundo de hoy reducir el estrés es una máxima para la buena salud.
En esta oportunidad nos concentramos sobre uno de los problemas que son causados directamente por el estrés: la gastritis, y recomendamos una terapia para combatir el estrés y, por ende, reducir la gastritis generada por éste: el yoga.
Basta con encontrar un buen instructor de yoga y acudir a sus clases con regularidad varias veces por semana para sentirte bien y combatir la gastritis. Intenta, de forma alternativa, hacer ejercicios de yoga en casa con un DVD.
Por ello, a continuación te sugiero algunos tips de la medicina ayurvédica (de la India) y una serie de posturas de yoga.
Alimentación
Prefiere los alimentos frescos y enteros. Trata de evitar comprar comida enlatada o empaquetada.
Incluye en tu dieta frutas frescas, verduras, granos, nueces, ciruelas, pasas, higos y dátiles. Bebe agua de coco o agua de pepino. Algunos remedios del ayurveda son: toma 2 cucharaditas de jugo de sábila en ayunas. Incluye en tu dieta diaria una manzana rallada cruda. Para reducir el dolor provocado por la gastritis, come papaya.
Respiración en O
Cada vez que tengas un ataque de dolor relacionado con la gastritis, es recomendable que practiques la siguiente respiración: Siéntate con la columna vertebral erguida. Relaja los hombros y las caderas.
• Pon la boca en forma de O. Inhala a través de la boca. • Cierra la boca y retén el aire por 2 segundos. • Exhala por la nariz muy lentamente. Repite 10 veces.
Asana – Ustrasana
Fortalece los músculos de la espalda, mejora la postura y estimula los órganos del abdomen y el cuello.
• Ponte sobre tus rodillas y abre las piernas a lo ancho de la cadera.
• Rota ligeramente los muslos.
• Pon tus manos en la cadera con los dedos apuntando hacia abajo. Inhala, presiona con suavidad los empeines al piso y eleva el pecho al tiempo que mueves los omóplatos hacia las costillas.
•Extiende el cuello pero sin forzarte.
•Si eres flexible, apoya las manos en los talones con los dedos de las manos apuntando hacia los dedos de los pies. Lleva la cabeza hacia atrás sin presionar las vértebras.
•Permite que tu cabeza sea la continuación de tu columna vertebral y no la dejes colgar. Respira.
•Quédate en la postura de 15 a 20 segundos. Sal de la postura usando los músculos de los glúteos y las piernas y descansa un momento.
Asana – Shalabasana
Las posturas en donde el abdomen contacta con el piso tonifican el hígado, el estómago y el útero.
Recuéstate sobre el estómago.
• Gira la cabeza hacia un lado. Permite que todo el peso del cuerpo y de los órganos internos caiga hacia el piso.
• Después de unas cuantas respiraciones, apoya la frente en el piso y deja los brazos al costado del cuerpo con las palmas en el suelo.
•Inhala y con la exhalación eleva las piernas, los brazos y el pecho fuera del piso.
•Toma cinco respiraciones suaves.
No restringas la respiración. Al terminar, sal de la postura despacio y descansa en la postura original.