Si queremos contar con un vientre plano, solo debemos analizar que estamos comiendo. Mientras que es innegable que las comidas rápidas son muy tentadoras, no es sencillo eliminar los estragos que estas provocan en nuestro cuerpo, por lo que prácticamente debemos escoger, ¿comida rápida o un vientre plano?
Lo que se puede concluir de la pequeña reflexión antes expuesta es que para perder peso, el primer paso será fortalecer nuestra fuerza de voluntad y generar un control sobre los hábitos alimenticios, además de que esto deberá ser complementado con la práctica de actividad física regular.
Vientre plano alimentos que queman grasas
Una manera de acelerar el proceso para contar con un vientre plano, es consumir ciertos alimentos que pueden quemar algunas grasas extras, y mientras que no es un proceso que suceda por arte de magia, es un buen comienzo comenzar a incluir en nuestra dieta los siguientes alimentos.
Ácido cítrico: Cuando hablamos de ácido cítrico, hablamos de un compuesto que se encuentra en frutas como la naranja, el kiwi, limón y las mandarinas, que se consideran excelentes quemadores de grasas. Debemos conocer que las frutas cítricas destacan además por ser ricas en vitamina C, lo que nos ayuda a estimular el metabolismo y de paso quemar grasas más rápido en comparación con otras frutas.
Debemos conocer que cuando se inicia un régimen para la pérdida de peso, consumir frutas cítricas junto con muchas otras frutas para quemar grasas como manzanas, sandía, uvas y fresas ayudaran a generar resultados rápidos.
Vegetales: Los vegetales son alimentos ricos en minerales, además de ser bajos en calorías, sin embargo, hay algunos vegetales que son mejores que otros para conseguir un vientre plano, por ejemplo, el brócoli, col, tomates, guisantes y espinacas son ricos en minerales, además de tener nulo contenido de grasa.
También se debe considerar que en lugar de cocinar los vegetales con mucho aceite y especias, los vegetales salteados deben ser cocinados con un poco de aceite de oliva o aceite de girasol.
El desayuno con avena: Debemos conocer que la avena cuenta con fibra insoluble, además de algunos carbohidratos que evitan que se sufra de hambre por una buena cantidad de tiempo, además nos entregara las fuerzas necesarias para mejorar nuestro entrenamiento.
Consumo de huevos y pescados: Por el lado de los huevos estos además de ser muy ricos en sabor, son ricos en proteínas de bajo aporte calórico, además de que son capaces de aumentar nuestro metabolismo, que hace que se quemen grasas más rápidamente. Por el lado de los pescados, estos también aumentan nuestro metabolismo, además de ser ricos en ácidos grasos omega-3 los cuales aumentan la capacidad de quemar la grasa del vientre.
El consumo de agua: En nuestra búsqueda de contar con un vientre plano, un gran aliado que suele ser olvidado por muchos, es el consumo regular de agua. Debemos ser conscientes de que el agua es capaz de aumentar nuestro metabolismo, dando inicio al proceso quema grasas.
Ejercicios para un vientre plano
Rotación de piernas: Este ejercicio trabaja en la grasa que se ve acumulada en la zona del vientre, además es efectivo para eliminar problemas de celulitis en nuestros muslos y caderas.
Para efectuar este ejercicio, deberemos acostarnos sobre el suelo, y juntamos nuestras manos a los costados de nuestro cuerpo. Las palmas deberán permanecer abiertas mirando el suelo.
Comenzamos a levantar ambas piernas en el aire, generando un ángulo de 45 grados desde el suelo. Comenzamos a girar las piernas en el aire, primero hacia la zona derecha 10 veces, para posteriormente repetir el proceso contra la dirección contrario sin parar.
Mientras que nuestro ejercicio optimo será repetir 6 series sin parar, para comenzar deberemos repetir solo 2 series, para ir preparando nuestro cuerpo para el ejercicio.
Flexiones inversas con las rodillas: Nuestro segundo ejercicio para generar un vientre plano, es repetir la misma postura inicial que el primer ejercicio, solo que en esta oportunidad trabajaremos realizando abdominales de una manera diferente. Levantamos nuestra rodilla derecha contra nuestro cuerpo, levantando además nuestro pecho a una pequeña altura que genere cierto contacto con la rodilla y bajamos nuestra pierna. Este ejercicio debe realizarse también con nuestra pierna izquierda, generando una rutina de repetición entre 5 a 6 ejercicios. Este ejercicio puede ser ayudado con nuestras manos que deben sujetar la rodilla cuando generamos la flexión.