¿Has tenido un mal día y llegas a casa agotado y lleno de energía negativa? Entonces, céntrate en ti y busca un espacio de relax para tu bienestar.
Se trata de una situación frecuente y habitual en una sociedad en donde la presión laboral y la competitividad son muy altas. Es fundamental combatir el estrés con actitud positiva.
te damos las claves para relajarte después de un día duro de trabajo y poner al mal tiempo buena cara:
1. En primer lugar, puedes preparar un baño caliente al final de la jornada. Un buen baño antes de ponerte el pijama y de disfrutar de la cena es una buena fórmula de relax.
2. Prepara una buena cena porque la alimentación te ayuda a relajarte. Evita tomar una cena pesada y disfruta de un menú ligero para hacer mejor la digestión antes de dormir. Puedes tomar una infusión antes de acostarte.
3. Camina diez minutos descalzo por casa para conectar con tu propio cuerpo y concentrarte en el suelo que pisas (realiza este ejercicio únicamente en temporada de verano o primavera para no resfriarte).
4. Escucha música clásica de fondo. La música clásica exalta lo mejor del alma humana.
5. Túmbate en el sofá para ver tu programa de televisión favorito. También puedes escuchar la radio. O leer un libro optimista.
6. Anota en un diario los tres mejores momentos que has tenido en esa jornada.
7. Habla de cómo te ha ido el día con tu pareja.
Respire
Escoja un lugar tranquilo. Siéntese, apoye las espaldas en un apoyo y respire. Pero no de la forma de siempre. Es preciso inspirar por la nariz y soltar el aire por la boca. Y esa expiración debe durar casi el doble del tiempo de la inspiración, o sea, si usted inspiró en diez segundos, puede llevar hasta veinte para soltar el aire por la boca. «Es necesaria una esfuerzo un poco mayor para echar ese residuo hacia afuera», dice Carla. Ella explica que, por la falta de hábito, es posible que usted se sienta mareado -por eso es importante estar sentado y concentrado. Cinco minutos son suficientes.
Relájese
Esta es otra técnica de relajamiento que puede hacerse en cualquier lugar, durante cinco minutos. Échese en el piso en un ambiente sin mucho ruido. Tensione al máximo el cuerpo y aguante en esa posición. Poco a poco, empiece a relajarse, desde arriba hacia abajo: primero suelte la musculatura de la cabeza, del cuello, de los hombros a así por delante.
Camine
Nada de sudar, no es un ejercicio para quemar calorías, sino para relajarse. Coloque los audífonos y vaya a caminar de paseo. «Es casi como lo hacía Aristóteles: camine, piense, oxigene la mente», compara Carla.
Alónguese
Cualquier alongamiento es útil para relajarse, evalúa la especialista. Abra las piernas, flexione el tronco hacia adelante, estírese de un lado hacia el otro. «El alongamiento aumenta el flujo sanguíneo 3y alivia el estrés», dice Carla.
Sumérjase
El agua al 10% el peso corporal. Si está tibia, amplía aún más la sensación de relajamiento. No es necesario nadar. Se puede caminar lentamente en el agua, hacer una clase ligera de hidrogimnasia incluso sumergirse en una bañera.
Ejercicios para relajarnos:
No esta de mas practicar algunos sencillos ejercicios para alcanzar una buena relajación. Estos nos ayudarán a calmar las tensiones que se acumulan en hombros, cuellos y espalda, durante el trabajo o luego de una larga jornada, un examen importante, etc.
Estas tareas favorecerán la circulación de la sangre hacia la cabeza, lo que permitirá oxigenar el cerebro.
Comencemos:
1) Aflojamos los hombros, rotamos primero uno, luego el otro y después los dos juntos.
2) Relajamos los hombros, respiramos profundo y dejamos caer la cabeza hacia delante hasta tocar el pecho. Llevamos lentamente hacia atrás mientras cerramos y abrimos la boca. Volvemos a la posición inicial y repetimos este ejercicio diez veces.
3) Rotamos las muñecas de las manos hacia ambos lados.
4) Nos sentamos en una silla y relajamos la columna hacia delante, aflojamos la cabeza entre las piernas y dejamos colgando los brazos. Subimos y bajamos lentamente.
5) Sentados, rotamos el tronco lentamente hacia un lado y hacia el otro.
6) Movemos la cabeza hacia un lado y hacia el otro unas diez veces. Inhalamos cuando la cabeza esté recta y exhalamos con cada movimiento lateral.
7) Para terminar, relajaremos la vista llevando la mirada hacia diferentes direcciones. Hacemos círculos con la vista y luego abrimos y cerramos los ojos bien fuerte.
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