Preparar ejercicios de respiración antes del nacimiento puede ser eficaz. Ésto se puede lograr inhalando lenta y profundamente, manteniendo un ritmo controlado (el contar tiempos de respiración es importante, puedes contar de 3 a 4 tiempos). En ocasiones una correcta respiración es la clave para que todas las madres se sientan cómodas y reduzcan sensaciones de ansiedad, nervios y hasta dolor.
Cuando lleguen las contracciones puedes implementar con mayor vigor la respiración. Lo recomendado es dar suspiros largos y lentos, alternando este ejercicio con unarespiración regular, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
¿Sientes cómo las contracciones aumentan? Se aproxima el momento y con él tu respiración tiende a ser más rápida. Mantén la calma, haz la respiración más suave. Bien, cuando sientas un fuerte espasmo (pico de contracción) respira de manera lenta y repetida, inhalando y exhalando por la boca; puedes realizar 2 intervalos en cada movimiento respiratorio.
Respiración y exceso de respiración
Cuando una persona está tensa y asustada, su respiración se torna superficial y rápida. Los hombros se elevan hacia las orejas y los músculos del cuello y de los hombros se sienten tensos y rígidos. Si le entra pánico, comienza a respirar en exceso, inspirando profundamente y expulsando el aire en jadeos agudos y breves. Puede sentirse mareada y fuera de control, notar hormigueo en los dedos y tener la boca adormecida.
Todas estas son reacciones comunes ante situaciones muy estresantes o atemorizantes. Son normales, pero el cuerpo no puede permanecer en este estado durante mucho tiempo sin quedar exhausto. Durante el parto, tu objetivo es conservar la energía al máximo posible. También deseas brindarle al bebé una gran cantidad de oxígeno para ayudarlo a sobrellevar el estrés del nacimiento. Si respiras con pánico reduces la cantidad de oxígeno que inhalas para ti y para tu bebé. Estas sencillas estrategias te ayudarán a mantener una respiración más balanceada durante el parto.
Patrones de respiración para el parto
Cierra los ojos por un momento y concéntrate en tu respiración.
Observa lo rítmica que es. Inspiras, y luego hay una breve pausa antes de exhalar. La exhalación coincide con la inspiración en duración y profundidad. Se hace una breve pausa antes de que los pulmones tomen la siguiente inspiración.
Beneficios de realizar una respiración correcta
Para los expertos, una correcta respiración para el parto conlleva estupendos beneficios para la madre y el bebé. Cuando respiras bien puedes tener una respuesta automática al dolor, permaneces en estado sereno y tranquilo, es un excelente calmante, brinda sensaciones de control sobre tu cuerpo y vigoriza tu organismo trayendo con cada inhalación-exhalación mayores cantidades de oxígeno .
Durante el parto, queremos mantener esta respiración rítmica. No permitas que la inspiración se torne más prolongada que la exhalación. En todo caso, la exhalación debe ser más prolongada que la inspiración. Es inevitable que tu respiración se vuelva más superficial cuando estés teniendo contracciones muy fuertes. No hay nada de malo en eso, siempre y cuando la respiración no comience a ser cada vez más rápida y se convierta en la respiración típica del momento de pánico.
Apoyo con la respiración
Es posible que te resulte muy difícil mantener una respiración rítmica y relajarte cada vez que exhales cuando estés teniendo contracciones dolorosas, estés cansada y el parto te parezca interminable. Este es el momento en que el apoyo de la persona que te esté ayudando durante parto sea tu pareja, tu mamá, o una amiga es esencial. Él o ella pueden ayudarte a mantener la respiración estable respirando contigo. Necesitas ver a esta persona, y debe darte las manos o colocar sus manos sobre tus hombros, apoyándose suavemente sobre ellos. Entonces tú puedes seguir su patrón de respiración a medida que inspira por la nariz y exhala, soplando suavemente en tu rostro. Practica esto durante el embarazo. Es extraño al principio y los dos pueden sentirse algo tímidos. Sin embargo, la respiración conjunta es maravillosa cuando estás pariendo y sientes que ya no puedes seguir más.
Respiración durante el parto
Trata de no retener la respiración mientras estás pujando, ya que puedes sufrir de alguna lesión como el rompimiento de algún vaso sanguíneo, vena o arteria, o en el peor de los casos generar un neumotórax, agujero en el pulmón. Recuerda inhalar y exhalar suavemente; cuando sientas la necesidad de empujar, haz una respiración muy profunda. Puedes situar la barbilla de cara al pecho y soplar lentamente mientras terminas el proceso.
Respirar y pujar
Durante el segundo período del parto, estarás empujando a tu bebé para que salga. Muchas mujeres quieren contener la respiración cuando pujan. Esto está bien siempre y cuando pujes hacia abajo entre las piernas, y no hacia la parte de atrás de la garganta.
Puede ser mejor respirar profundo cuando sientas que comienza la contracción y luego exhalar o soplar lentamente mientras pujas. Esto impedirá que se te dañe la garganta, asegurará que mantengas un patrón de respiración saludable y provocará pujos eficaces. Si se te aplica la epidural, y realmente no sabes dónde deberías pujar porque no tienes sensaciones corporales de cintura para abajo, respira profundamente cuando el médico te indique que comienza una contracción y, a medida que soples, concentra tu mente llevando tus pensamientos hacia abajo, hasta donde está la cabeza del bebé entre tus piernas, y puja.
A veces se les pide a las mujeres que aguanten la respiración y pujen el máximo tiempo posible. Esta no es una buena idea, porque les privará a ti y a tu bebé de oxígeno, y pronto quedarás exhausta. Puja tantas veces por contracción como te parezca que está bien. Cuatro o cinco pujos por cada contracción es lo normal.
Respirar y no pujar
A veces las mujeres sienten la necesidad de pujar antes de que el cuello del útero esté completamente dilatado. En ese caso, tu médico te pedirá que no pujes para dar más tiempo al cuello del útero para que se abra. ¡Esto puede ser extremadamente difícil! Puedes hacerlo un poco más fácil arrodillándote a cuatro patas con las nalgas levantadas y una mejilla apoyada sobre el colchón. Cuando llegue la contracción, haz cuatro jadeos cortos, luego inhala rápido, y después haz otros cuatro jadeos cortos, y así sucesivamente. También puedes repetir la frase «No debo pujar» en tu mente a medida que jadeas. Respira normalmente entre las contracciones.