La grasa del salmón nos ayuda a tener el corazón y las arterias sanas, ayudándonos a bajar el colesterol y los triglicéridos y a no tener trombos.
En la grasa del salmón se encuentran vitaminas necesarias para el buen estado de nuestra piel y que además contribuyen a tener bien mineralizados nuestros huesos.
Como todos los pescados, nos aporta proteínas de calidad necesarias para la formación de nuevas células, la producción de hormonas y para la realización de múltiples funciones del organismo.
Tiene menos hierro que otros pescados, pero es una buena fuente de magnesio y yodo, dos minerales que nos ayudan a estar bien psicológicamente y a no tener problemas de estreñimiento.
Es mejor comer el salmón fresco que el ahumado, ya que éste último tiene mucha sal.
El pescado aporta Omega 3, por lo que es de gran ayuda para poseer una mejor salud cardiovascular, al disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, ayuda a aumentar la fluidez, por lo que previene la formación de coágulos y se puede decir disminuye el riesgo deenfermedades cardiovasculares.
Es imprescindible consumir entre 30 y 40 gramos diarios de fibra a través de las frutas, verduras y cereales integrales, por lo que el proceso de digestión será más beneficioso y ayudará a evitar la obesidad. Entre ellos destacan el brócoli, calabaza, patata, zanahoria que combinados con proteínas como el pescado -salmón o atún- o el pollo, preferiblemente en ensaladas, constituirán uan gran fuente de salud.
el salmón es una fuente de proteínas, baja en grasas saturadas y alta en ácidos grasos omega 3, que protege tu salud cardiovascular. Además, el pescado aporta aminoácidos esenciales, vitaminas hidrosolubles, minerales y oligoelementos.
Asimismo, el salmón contiene proteínas en cantidad y calidad similares a las que se encuentran en huevo y carne roja, además de aportar importante número de minerales como yodo, magnesio, fósforo, selenio, hierro y calcio. Respecto al contenido de vitaminas, destacan las A, D y complejo B, que se concentran en las zonas más grasosas del animal.
Por si fuera poco, la digestión de los pescados azules es rápida, debido en parte al carácter insaturado de las grasas que contienen, aunque también depende de la forma de cocinarlo: cuando se fríe, la digestión es más lenta que al ser cocido a la plancha, ahumado, al horno o al vapor. En cualquier caso, los diversos métodos de cocinado no afectan a los ácidos grasos omega 3.
Hay que decir que las personas que presentan altos niveles de ácido úrico (sustancia que facilita el movimiento articular, pero que en grandes cantidades ocasiona dolor y gota) deberán reducir, incluso evitar, el consumo de salmón y pescado azul en general. También se debe indicar que este alimento puede producir reacciones alérgicas, por lo que debe introducirse en la alimentación infantil hasta que el pequeño tenga más de un año de edad.
Valores nutricionales:
- El salmón es un pescado graso, aunque tras la reproducción se puede considerar magro. La mayor parte de su grasa es monoinsaturada, por lo que podemos considerar su carne como cardiosaludable.
- Aporta a su vez proteínas de alto valor biológico, destacando su contenido en vitamina E, que proteje las membranas celulares gracias a su acción antioxidante.
- Entre los minerales podemos encontrar potasio y fósforo en buenas cantidades.
Por 100 gramos de porción comestible) (tr= trazas):
Energía (kcal) – 179,80
Proteínas (g) – 20,20
Lípidos (g) – 11,00
Hidratos de carbono (g) – 0,00
Grasa saturada (g) – 1,90
Grasa monoinsaturada (g) – 4,40
Grasa poliinsaturada (g) – 3,10
Colesterol (mg) – 50,00