El verano es sinónimo de calor y a la vez de desequilibrios de temperatura. El aire acondicionado es algo que nos acompaña durante estos meses en espacios públicos, trabajo, casa, transporte… Este hecho hace que nuestro cuerpo experimente constantes cambios de temperatura que pueden pasarnos factura. Por este motivo vamos a dar algunas recomendaciones para hacer que el aire acondicionado no sea un problema para la salud.
En primer lugar debemos tener en cuenta que los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que nos enfermemos. Por ello es importante que estemos preparados y tengamos siempre a mano una chaqueta o un pañuelo con el que taparnos para evitar enfriarnos. Esta medida es la más recomendable cuando no podemos variar la temperatura ni cambiarla. Si tenemos la posibilidad de hacerlo lo aconsejable es activar el aire acondicionado cuando realmente haga falta, es decir, en los momentos en los que el calor más aprieta.
La sequedad del ambiente es algo que se produce a causa del aire acondicionado. Este fenómeno afecta a nuestra garganta, por lo que es recomendable ingerir agua de forma habitual. Debemos tener siempre a mano una botella de cristal con la que controlemos lo que bebemos, ya que lo recomendable es ingerir dos litros por día. Para ello debemos dar pequeños sorbos de agua de manera constante para evitar la sequedad de garganta. Para dotar al ambiente de más humedad podemos llenar la estancia de plantas que traspiren agua y ayuden a aumentar la humedad del lugar.
Mantener una temperatura constante en la estancia es esencial. Los cambios bruscos de temperatura es lo que nos causa el malestar. Por ello es necesario que controlemos en todo momento la temperatura que hace, y para ello es necesario que instalemos un climatizador que mantendrá la misma temperatura en todo momento. Mantener la máquina del aire acondicionado limpia es algo a tener en cuenta, ya que a causa de la humedad que se genera en ella proliferan microorganismos que al respirarlos pueden causarnos alguna que otra afección respiratoria.
La ventilación de la estancia en al que hemos puesto el aire acondicionado es fundamental para evitar la concentración de bacterias y microorganismos provenientes del aire acondicionado. Para ello basta con abrir las ventanas por lo menos quince minutos y así mejorar la calidad del aire. De todas formas, siempre que podamos debemos de prescindir del aire acondicionado, al igual que intentar no ponerlo mientras dormimos, ya que el riesgo de resfriarnos es mayor.
Vía | SportLife
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