De todos son conocidas estas bayas, tanto el arándano como el enebro figuran en la medicina popular desde tiempos remotos, lo cual demuestra su eficacia.
Indicaciones: Diarreas, falta de apetito, reuma, mal aliento, inflamaciones bucofaríngeas.
Arándano
También conocido como mirtilo o ráspano, el arándano sigue encontrándose aún en bosques umbríos, turberas y parameras. Sus frutos azules maduran en verano y se utilizan como remedio casero una vez secos. La desecación debe realizarse rápidamente con calor artificial (de 40° a 50° C) y se guardan en recipientes de cierre hermético. La recolección merece la pena realizarla uno mismo ya que en el mercado su precio es bastante elevado.
Con las bayas secas, con elevado contenido en tanino, se prepara una decocción de efectos curativos en las diversas formas de diarrea, sobre todo cuando la deposición es fétida y en los casos en que va acompañada de fenómenos de fermentación en el intestino. También las diarreas de la dentición de los niños pueden ser tratadas eficazmente con esta decocción de arándanos.
Arándano rojo
Esta planta medicinal está estrechamente emparentada desde el punto de vista botánico con el arándano común, caracterizándose por el color rojo escarlata de sus bayas maduras. La maduración tiene lugar en agosto y septiembre, y es justamente en esa época cuando deben ser recolectadas, pues las bayas que no estén bien maduras carecen en absoluto de utilidad. La compota de arándano rojo es bastante conocida. En muchas regiones suele acompañar obligadamente como guarnición de los platos de venado. Como medicamento infantil se administra a los «mal comedores» a razón de 1 ó 2 cucharaditas antes de levantarse de la cama y antes de cada comida. Sus resultados no se hacen esperar y pronto el niño va sintiendo que se le abre el apetito hasta que al cabo de cuatro a seis semanas su apetito es normal. También se usa mucho esta compota como remedio casero por personas de cierta edad. Hoy día se sabe que su alto contenido en pectina reduce el nivel de colesterol en la sangre.
Bayas de enebro
La fama de estas bayas se debe a Sebastián Kneipp quien las introduce como remedio naturista. Desde entonces constituye uno de los remedios caseros más frecuentes en todos los hogares. Kneipp recomendaba su uso contra el reuma para lo cual debían de ser masticadas varias bayas, cosa que aún se sigue practicando hoy en día, e indudablemente, con éxito, pero entretanto se ha comprobado que el aceite esencial de las bayas de enebro irrita el tejido nefrítico. Por lo tanto su uso debe limitarse a aquellas personas que no padezcan de ninguna afección o trastorno renal.