Propiedades del ajo crudo

Jesus L. Rodriguez

Propiedades del ajo crudo

El ajo es una de las plantas con mayores poderes terapéuticos de todas las plantas medicinales. Es uno de los mejores remedios naturales para muchas enfermedades pero para eso hay que evitar consumir el ajo cocido de cualquier manera. Las propiedades del ajo crudo se mantienen intactas, al cocinarlo se pierden muchas de sus propiedades medicinales. Se calcula que aproximadamente el 90 por ciento de su efectividad se pierde al cocinarlo.

Además de su efecto diurético, depurativo, antiséptico y antibacteriano, el ajo sirve como ayuda, prevención y cura de todas las enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, se utiliza para eliminar los parásitos obteniendo resultados sorprendentes aun con las especies parasitarias más difíciles de expulsar.

Los siguientes son los principales efectos benéficos del ajo que han sido sustanciados en estudios científicos:

  • Ayuda a combatir un buen número de hongos, bacterias y virus
  • Reduce la presión arterial y el colesterol
  • Ayuda a reducir el bloqueo de las arterias y a reparar los daños causados por la arterioesclerosis
  • Ayuda a prevenir y aliviar la claudicación intermitente (dolor en las piernas al caminar causado por la arterioesclerosis)
  • Actúa como antiinflamatorio
  • Su uso prolongado ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer.
  • Ayuda a incrementar el nivel de insulina en el cuerpo, reduciendo así los niveles de azúcar en la sangre.
  • Algunos estudios parecen demostrar que el ajo incrementa ligeramente el nivel de serotonina en el cerebro ayudando a combatir el estrés y la depresión.

La forma en que se prepara y se ingiere el ajo es importante para lograr estos beneficios.  El ajo crudo y el cocido poseen diferentes propiedades medicinales, es decir, algunos de los efectos del ajo se producen con mayor efectividad ingiriendo ajo crudo, mientras que otros se logran igual o mejor ingiriendo ajo cocido.

Varios de los beneficios del ajo se deben a un compuesto llamado alicina que actúa contra numerosos virus y bacterias y que es considerado por muchos investigadores como el más potente antioxidante conocido. Sin embargo esta sustancia no está presente en el ajo sino que se forma cuando la aliina y la alinasa, otras dos sustancias que sí están presentes se combinan.  Esto ocurre cuando el ajo es cortado, machacado, o en el caso de suplementos de ajo, durante el proceso digestivo.  La alicina sólo dura unos minutos por lo que es importante ingerir rápidamente el ajo luego de ser cortado o machacado.  Al  cocinar el ajo se destruye la alicina.  Sin embargo, se liberan otros compuestos como la adenosina y el ajoeno que poseen propiedades anticoagulantes y ayudan a reducir el nivel de colesterol.

Su contenido calórico es de 114 kcal por cada 100 g.

Sus componentes mayoritarios son el agua, los hidratos de carbono (24,3%) y la fibra (1,2%). En menor proporción, contiene proteínas (5,3%), grasas (0,23%) y minerales como cinc (1,1 mg/100 g), fósforo (134 mg), calcio (17,8 mg) y hierro (1,2 mg), y algunas vitaminas, entre las que destaca la vitamina C (14 mg) y en menor cantidad B1 (0,16 mg) y B2 (0,02 mg) e indicios de vitamina A.

El ajo goza de una reconocida fama como alimento saludable siendo una excelente alternativa natural al uso de fármacos gracias a la presencia de componentes antioxidantes ricos en azufre, como la aliína.

Esta sustancia, que en realidad no huele, en contacto con el oxígeno del aire, se convierte en alicina, responsable de su característico y penetrante olor.

A su vez la alicina se transforma en otros compuestos azufrados con interesantes propiedades terapéuticas.

Son innumerables las propiedades terapéuticas que se la han atribuido a través de los siglos, destacando las siguientes:

– Es el mejor antiséptico, antibiótico y antimicótico natural que existe. Por ello es un excelente aliado contra las infecciones.

– Es un excelente depurativo, ayuda a eliminar toxinas del organismo y contribuye a la formación y regeneración de la flora intestinal.

– Mejora la circulación de la sangre debido a su poder anticoagulante.

– Baja la fiebre.

– Reduce el nivel de grasas en la sangre, disminuye los niveles del colesterol «malo» (colesterol LDL) y protege el corazón y las arterias.

– Refuerza las defensas del organismo.

– Normaliza los niveles elevados de tensión arterial, por lo que debe estar presente en la dieta de hipertensos.

– Es muy útil en el tratamiento de infecciones estomacales.

– Es expectorante, por lo que resulta muy útil en afecciones respiratorias como asma, bronquitis aguda o crónica.

– Es antioxidante.

– Normaliza los niveles elevados de glucosa en sangre.

– Ayuda a regular la función tiroidea al ser rico en iodo, siendo especialmente útil en los casos de hipotiroidismo.

– Posee importantes efectos anticancerígenos.

– Ayuda a prevenir los efectos debilitantes del envejecimiento, así como cardiopatías y otros trastornos asociados a la edad avanzada.

– Por su poder virucida, es un eficaz antiverrugas.

Aunque su fuerte olor puede resultar desagradable, sus múltiples propiedades curativas y preventivas justifican los efectos antisociales.

Precauciones
El ajo es, por lo general, seguro.  Sin embargo, algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas en forma de problemas gastrointestinales o irritación de la piel.  Debido a sus propiedades anticoagulantes su uso debe ser suspendido al menos dos semanas previo a cualquier intervención quirúrgica o extracción dental.

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