La relación entre dormir bien y adelgazar es fundamental para el bienestar general. Un sueño de calidad no solo revitaliza el cuerpo y la mente, sino que también desempeña un papel crucial en el control del peso.
Descubre cómo establecer hábitos de sueño saludables puede influir positivamente en tu metabolismo y en la gestión de tu peso.
Optimiza tu descanso para potenciar tus esfuerzos en alcanzar tus objetivos de salud y bienestar. Explora la conexión entre un sueño reparador y los beneficios para tu proceso de adelgazamiento.
No se trata de un estudio reciente, pero sus conclusiones en lo que respecta a bajar de peso y a la salud en general son poco conocidas a nivel masivo.
Dormir bien, salud y adelgazar
La falta de descanso genera un desequilibrio hormonal en el organismo que afecta el metabolismo. Algunos de los efectos de ese desequilibrio pueden ser un aumento del apetito y la dificultad de sentirnos satisfechos tras las comidas.
Aunque muchos adictos a las dietas y a la buena nutrición no lo crean, dormir bien, durante las horas suficientes, es un factor relevante para mantener un peso y una salud aceptables.
Hace unos años investigadores de la Universidad de Chicago llegaron ala conclusión de que la falta de sueño es determinante para que las hormonas leptina no funcionen de manera “ordenada”.
Esta hormona es la que le indica al cerebro cuándo debe provocar la sensación de hambre y cuando no, algo vital si se trata de bajar de peso y mantener una dieta equilibrada que no dañe la salud.
El dormir mal no permite el correcto funcionamiento de la hormona leptina, lo que redunda en cambios de apetito bruscos y desordenados, lo que al final desemboca en una alimentación desordenada y en un posible aumento de peso.
Consejos para dormir mejor
Una vez que sabes lo anterior, sigue estos consejos para que, además de dormir bien, logres mantenerte en tu peso correcto.
Duerme tus horas:
Lo ideal es descansar entre 7 u 8 horas por noche, pero la mejor manera de saber si tu sueño es efectivo es evaluando cómo te sientes durante el día. ¿Te sientes cansado? ¿Cuándo te despiertas estás listo para levantarte o tu cuerpo anhela una hora más en la cama?
Vigila tu salud:
La razón más frecuente para sentirse somnoliento es que no estás durmiendo lo suficiente, pero también podrían existir causas médicas. Existen más de 75 enfermedades que perturban el sueño. Las más comunes son apnea del sueño, ronquido, síndrome de las piernas inquietas e insomnio. Padecimientos dolorosos también trastornan el sueño, tal es el caso de la artritis, insuficiencia cardiaca, bronquitis o enfisema pulmonar.
Duerme sin distracciones:
El entorno también es muy importante. Trata de bloquear la luz y el ruido, no te acuestes con tus dispositivos electrónicos a lado, apaga el timbre y el teléfono.
Sé sociable:
Se ha demostrado que cuando alguien se siente solo lo somatiza con noches de insomnio. Estrecha vínculos, haz nuevos amigos, acércate a tu familia, ten una mascota.
No tomes mucho alcohol:
Muchos acostumbran beber antes de acostarse «para relajarte». A menudo funciona, pero con reservas. Quienes utilizan este recurso suelen despertarse a mitad de la noche, cuando metabolizaron el alcohol, lo peor es que tienen la vejiga llena y eso les espanta el sueño.
Haz ejercicio:
El ejercicio te ayudará a seguir bajando de peso, pero también te relaja para dormir mejor. Pero, trata de no ejercitarte cerca de la hora de dormir porque será difícil que tengas sueño porque estarás sobre estimulado.
Café con medida:
La cafeína es estimulante y bloquea las sustancias cerebrales que inducen el sueño. Consume esta bebida con moderación.
Escribe tus preocupaciones:
Si el estrés no deja que tu mente se relaje, toma un cuaderno y escribe tus pensamientos. Si aún así no tienes ganas de dormir, prueba con un baño caliente.
así es, cuando dormimos poco el organismo en respuesta pide el consumo de alimentos energéticos, he de ahí el hambre y la insatisfacción que se siente, lo que desencadena en comer más y así engordar.