Así es. Quienes comen rápido tienen más riesgo de padecer exceso de peso. Existen estudios que demuestran que el hábito de comer con rapidez duplica el riesgo de sobrepeso.
Cuando comes demasiado rápido, ingieres más cantidad de alimentos, ya que la comida tardará más en saciarte y esa sensación de que aún tienes hambre, te hará comer más y más.
Controlar este pequeño detalle te ayudará a no subir de peso y te evitará más de un trastorno gastrointestinal.
Sin duda, llevar una dieta balanceada, así como realizar algún tipo deactividad física o ejercicio, son fundamentales para estar en forma. Sin embargo, el hecho de comer de manera acelerada y no masticar adecuadamente los alimentos, aumenta las posibilidades de padecer sobrepeso y/o obesidad.
De acuerdo con un estudio realizado por científicos de la Universidad de Osaka, en Japón, confirmó que las personas que comen deprisa tienen 3 veces más probabilidades de desarrollar obesidad.
En la investigación, determinaron que aproximadamente 45.6% de los hombres y 36% de las mujeres comen deprisa, mientras que la mitad de los hombres (50.9%) y algo más de la mitad de las mujeres (58.4%) comían hasta sentirse llenos.
La conclusión a la que llegaron es que las personas que ingieren el alimento de una manera acelerada, comían hasta sentirse llenos y no satisfechos, por lo el riesgo de subir de peso se incrementa de manera significativa.
Además, al comer más rápido se tiene una digestión más lenta.
La sensación de saciedad tarda un tiempo hasta que el cerebro la envía al estómago para dejar de comer. Si comemos rápido, no damos tiempo a que llegue esa señal y seguiremos comiendo. Por eso, comer rápido engorda.
La sensación de saciedad hace que no comamos en exceso. Cuando llega al estómago nos sentimos saciados y dejamos de comer. El problema es que tarda en llegar, de forma que si comemos muy rápido es probable que comamos en exceso y engordemos. Y además puede sentarnos mal, pues podemos tener molestias digestivas.
El mecanismo de la sensación de saciedad es complejo e implica aspectos neurofisiológicos y hormonales, entre otros, regulados por el centro de la saciedad, que está en el hipotálamo. Pero lo importante es saber que tarda de 20 a 25 minutos en llegar. Por ello, una comida debe durar por lo menos 30 minutos. Y es conveniente, además, esperar un poco entre plato y plato.
Por lo anterior, hay que tener muy claro que comer demasiado rápido puede ser una causa de obesidad o sobrepeso. Y por esa razón, hay que intentar evitarlo por todos los medios.
Las causas de comer rápido pueden ser muchas: tal vez lo hagamos de forma inconsciente, o en realidad tenemos poco tiempo, o quizá nos organizamos mal o dedicamos a otras cosas el tiempo disponible para comer: preparar la comida, descansar, ir al gimnasio…
En todo caso, debemos reaccionar y, una vez aceptado que comemos demasiado deprisa, poner las medidas necesarias para evitarlo. Tal vez tengamos que pagar un cierto precio por ello, pero seguro que salimos ganando por la mejora de nuestra imagen y, sobre todo, nuestra salud.
Así que la recomendación de la Universidad de Osaka, es que las personas se tomen al menos “20” minutos para disfrutar de sus alimentos. Que no coman acelerados o ansiosos, ya que esto es perjudicial para la salud.