No olvides las semillas en tu dieta

Jesus L. Rodriguez

Las semillas.

Hoy queremos hablar sobre un alimento que por lo general pasamos por alto y no incluimos en nuestra dieta, se trata de las semillas. Las mismas nos ayudan a cumplir muchas de nuestras necesidades nutricionales, podemos adquirir a partir de ellas: calcio, grasas buenas, potasio, vitamina E, fibra, magnesio, ácido fólico, proteínas vegetales y mucha energía. Sin duda un alimento que deberíamos incluir en nuestra alimentación, aunque, en ocasiones no sabemos cómo hacerlo. Por eso, hoy te damos algunos consejos para que puedas empezar a consumirlas, ¡presta mucha atención!

Las semillas pueden formar parte de nuestro desayuno, merienda, como snack saludable o en comidas principales. Por ejemplo, podemos consumir pipas de calabaza o de girasol tostadas al horno con hierbas frescas de aperitivo. Otra gran idea es espolvorear pastas con semillas de amapola o de sésamo.

Por otro lado, las de lino quedan muy bien encima de tostadas untadas con queso o en galletas con dulce. En el desayuno también podemos incluir semillas en nuestro yogurt con cereal. Por último, podemos añadirlas en las ensaladas, lo cual le dará una excelente textura y también en los batidos, por ejemplo, semillas de amapola o chía.

En nuestra dieta ya están presentes algunas semillas o cereales, pero hay muchas más semillas que podemos consumir, como la semilla de sésamo o ajonjolí (las que ponen en el pan de hamburguesa), de amapola, girasol, lino o linaza, chía (es una semilla mexicana), calabaza, etc. Se las puede encontrar crudas o tostadas, peladas o con cáscara, de modo que podéis consumirlas directamente, sin tener que cocinarlas.

Sus beneficios son muchos y enumerarlos para cada una nos tomaría horas muchas páginas, pero para poner un par de ejemplos, 5 cucharaditas pequeñas de sésamo o amapola proporcionan el calcio de un vaso de leche, mientras que un cuarto de taza de linaza (lino) nos entrega tanto omega 3 como medio kilo de salmón. Además las semillas de amapola son consideradas un sedante natural, excelente para las épocas de estrés.

El gran pero de estas semillas es su aporte energético, de alrededor de 550 calorías cada 100 gramos, pero no es necesario comer tantas para gozar de sus beneficios, basta con una cucharada. Una forma sencilla de incorporarlas a la dieta es espolvoreando unas pocas sobre algunas comidas: esto ayudará a evitar que los niños o nosotras mismas las rechacemos a causa de su textura diferente o sabor. Por ejemplo,

  • Si tomáis yogur, agregadle una cucharadita de semillas (esto también funciona con los suplementos de fibra).
  • Espolvoread una pizca sobre un pan, tostada o galleta con mermelada o miel.
  • Podéis beberlas en infusión, en especial la amapola.
  • Mezcladlas con cereales.
  • Agregadlas a toda clase de ensaladas, aumentando también vuestro consumo de fibra.

Una forma alternativa de gozar de algunas de los beneficios de las semillas es usar sus aceites en las comidas. Sin embargo, creo que esto puede llegar a ser más complicado, puesto que algunos aceites no deben ser consumidos a temperaturas muy altas o pueden ser difíciles de encontrar en forma pura (por ejemplo, el aceite de semillas de calabaza puede tener aceite de girasol, para abaratar costos).

Estos eran algunos de los consejos que teníamos para compartir, te animamos a seguirlos, de esta forma podrás ingerir nutrientes como el omega 3 que es fundamental para el correcto funcionamiento del cuerpo.

Todos estos consejos son solo orientativos y los pacientes con problemas de nutricion deben consultar a un nutricionista o dietista titulado para recibir las indicaciones dietéticas más adecuadas en cada caso. No inicie ninguna dieta no convencional sin consultar previamente con un profesional de la salud.

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