En muchas ocasiones hemos advertido sobre los peligros de llevar una vida sedentaria. Hoy vamos a hacer especial hincapié en esto, ya que, los números de personas que sufren enfermedades por causa de esto son cada vez más grandes y es muy importante tener conocimiento de los riesgos.
Nuestro cuerpo no fue creado para permanecer sin moverse, por tanto, es normal que cuando lo sometemos a esto se revele y comience a sufrir los efectos de esto. Según datos obtenidos de la Organización Mundial de la Salud, al menos un 60% de la población mundial no realiza un mínimo de actividad física recomendada (lo cual equivale a 30 minutos de actividad moderada por día).
Uno de los principales riesgos de no realizar ejercicio son los efectos que tiene en nuestro sistema cardiovascular, al no trabajar estos músculos, el mismo comienza a hacerse cada vez más ineficaz. Los riesgos que se tienen de sufrir distintas enfermedades cuando uno permanece inactivo son:
– 270% de accidente cardiovascular, lo cual se traduce en un riesgo que se triplica cuando la persona es inactiva.
– 160% de diabetes.
– 100% de cardiopatía isquémica, osteoporosis y fracturas, cáncer de colon.
– 70% de hipertensión arterial.
– 60% de cáncer de mama.
Por tanto, el no realizar ningún tipo de ejercicio nos pone en riesgo de correr problemas muy graves. El romper con la vida sedentaria puede ser algo muy sencillo incluso. Algunos ejemplos de actividades que podríamos realizar son, subir escaleras en reemplazo del ascensor, caminar unas cuadras para llegar al trabajo, pasear el perro, hacer las compras caminando o dar un paseo diario, estos pequeños cambios ya hacen la diferencia.
Por tanto, evita llevar una vida sedentaria y haz los cambios necesarios para mover tu cuerpo un poco más, de esta forma evitarás sufrir enfermedades graves que pueden llevarte a la muerte.
La solución al sedentarismo parece obvia, practicar ejercicio; pero somos conscientes que no todos podemos, por diferentes motivos, dedicar una hora diaria a ello. Pero en nuestra rutina diaria si podemos hacer determinadas actividades de una forma más dinámica:
- Ir caminando al trabajo, a comprar, a por los niños…, en lugar de coger el coche.
- Subir por las escaleras y no usar el ascensor.
- Aprovechar los momentos de descanso o la hora del almuerzo en el trabajo para dar un pequeño paseo. Esto también nos vendrá muy bien para desconectar y despejarnos.
- Sustituir momentos ante la televisión o el ordenador por una sesión de ejercicio.
Aquellas personas que nunca se han ejercitado, pueden empezar caminando 15 minutos al día la primera semana y, poco a poco, ir aumentando el tiempo.
Si nuestra condición física nos lo permite y tenemos una hora libre tres días a la semana, siempre se puede conseguir si nos lo proponemos, lo ideal es que practiquemos natación, running, montemos en bicicleta o, mucho mejor, alternemos estas tres actividades.
Lo bueno que tiene la práctica habitual de ejercicio es que, en poco tiempo, notaremos sus beneficios, nos sentiremos mucho mejor.