La práctica de la meditación conduce a obtener un cierto grado de interiorización que resulta saludable para el cuerpo, la mente y el espíritu. He realizado meditación desde pequeña, por lo que conozco bien sus efectos y me han ayudado a superar desde momentos muy complejos, hasta un día pesado.
La meditación es a la vez un medio y un fin en sí misma; es un medio para ayudar a mejorar la salud física y psíquica, y un fin en cuanto propende a la elevación espiritual al permitir un acercamiento a la conciencia trascendente.
¿En qué consiste la meditación?
Un ejercicio de meditación comienza siempre con un ejercicio de armonización corporal mediante la relajación física, mental y la respiración. En esta fase el meditador se va distanciando gradualmente de las circunstancias del mundo exterior, que actúan como estímulos sobre el organismo provocando tensiones, y mediante la concentración comienza a cultivar la sensibilidad hacia su realidad interior.
El efecto más notable de la meditación es posiblemente el que se produce sobre las ondas cerebrales, que ha sido estudiado a través de electroencefalogramas. El cerebro emite ondas de distinta frecuencia que varían en los distintos estados de conciencia.
¿Qué sucede en el cerebro?
Normalmente en estado de vigilia, cuando los sentidos están volcados al exterior y en actitud de alerta, las ondas cerebrales se hallan normalmente en la frecuencia beta, con diferencias entre ambos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro.
Durante la meditación este panorama cambia totalmente. Apenas comienza la sesión, aparece un gran aumento de la actividad alfa, que corresponde al estado de relajación y se registra especialmente en los momentos previos al sueño; a continuación aumenta la amplitud de las ondas alfa y se observa una sincronización mayor entre los dos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro, provocando una sensación de integración entre el cuerpo y la mente.
Cuando la meditación se profundiza es posible llegar a la actividad theta, que es la que aparece durante el sueño y se caracteriza por la memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.
¿Qué sucede en el cuerpo?
El estado de meditación también produce efectos fisiológicos. Disminuye el ritmo cardiaco, baja la tensión sanguínea y se reduce la absorción de oxígeno, todas funciones controladas por el sistema nervioso autónomo, que es el que dirige los procesos involuntarios.
El organismo entra en un estado de reposo más profundo que durante el sueño normal, lo que ayuda al mejoramiento de las facultades cognitivas y de la percepción.
¿Qué sucede en la psiquis?
La meditación produce efectos psicológicos positivos, tanto a corto como a largo plazo. En el corto plazo nos brindará sensación de paz interior y bienestar general. Y si mantenemos el hábito de meditar regularmente, a largo plazo, sentiremos mayor satisfacción y productividad en el estudio y en el trabajo, así como mayor facilidad para despertar nuestra creatividad.
Las personas que practican meditación con frecuencia y consumen psicofármacos, para la depresión, el insomnio o la ansiedad, podrán disminuirlos gradualmente hasta incluso, abandonarlos por completo.
Todos estos efectos han sido comprobados en estudios médicos, no se trata únicamente de sensaciones subjetivas sino de una reacción positiva del organismo. En todo el mundo se está generalizando la práctica de la meditación; hay médicos que la recomiendan a sus pacientes, y entrenadores que la aconsejan a los deportistas para mejorar su rendimiento.