Los antiguos romanos tenían la costumbre de comer la lechuga por la noche, para favorecer el sueño después de una copiosa cena. Actualmente también recomendamos consumir lechuga por la noche a los estresados habitantes de las ciudades modernas; pero no después, sino antes, para ayudar al estómago a digerir mejor los alimentos.
Sus nutrientes más importantes son: lavitaminaA (del beta caroteno, no se percibe su color amarillo-naranja ya que está escondido por los pigmentos verdes de la clorofila) y el potasio. ¡Ojo!! .. las hojas con color verde oscuro son las que contienen más beta caroteno.
LavitaminasA es un antioxidante que ofrece protección contra algunas formas de cáncer (sistema respiratorio e intestinal).
Las lechugas, exceptuando la variedad “iceberg”, son también moderadamente un buen recurso de antioxidante: lavitaminaC, calcio y hierro . Las lechugas son ricas enfibray contienen componentes muy saludales.
Su alto contenido en agua y su capacidad diurética la hace ideal paradietasdestinadas a perder peso.
Gracias a esta composición la lehuga tiene las siguientes propiedades: sedante, somnifera, aperitiva, laxante, alcalinizante, remineralizante. Estas son sus indicaciones:
Trastornos funcionales del sistema nervioso: como nerviosismo, estrés o tensión psíquica y ansiedad. El consumo habitual de lechuga produce una suave y a veces imperceptible sedación, a la vez que aporta vitaminas al del grupo B necesarias para el equilibrio nervioso.
Insomnio: Para ello se recomienda tomar por la noche, tal como ya se ha dicho, un buen plato de lechuga como plato unico.
Trastornos digestivos: Tomada antes de la comida, la lechuga tonifica el estomago y facilita la digestión.
Estreñimiento: Facilita el transito intestinal por su contenido en fibra y su buena digestabilidad.
Obesidad: La lechuga produce una gran sensación de saciedad después de haberla comido, aportando muy pocas calorías. A la vez contribuye a reducir el nerviosismo o ansiedad por la comida que con frecuencia acompaña a la obesidad.