La nutrición en elembarazoadolescente. La tasa de embarazos adolescentes está subiendo poco a poco después de caer desde hace años, alrededor del 85% de estos embarazos no son planificados, que en cualquier población puede aumentar el riesgo de tener problemas. El mayor riesgo para las madres adolescentes está retrasando la atención prenatal o, peor aún, el 7,2% no recibió atención en absoluto.
La razón de la falta de atención prenatal se suelen retrasar las pruebas de embarazo, la negación o incluso el miedo de decirle a otros acerca del embarazo.
Debido a que el cuerpo de un adolescente sigue creciendo va a necesitar más apoyo nutricional para satisfacer tanto sus necesidades y la de su bebé. La asesoría nutricional puede ser una gran parte de la atención prenatal, por lo general realizado por un médico o una partera, a veces un nutricionista
Esta orientación suele incluir información sobre las vitaminas prenatales, el ácido fólico, y dos y no hacer de comer y beber. La falta de una nutrición adecuada puede llevar a problemas como la anemia (bajo nivel de hierro), aumento de peso bajo, etc.
Otro problema que enfrentan las madres adolescentes es el uso de drogas y el alcohol, incluyendo el tabaquismo. Ninguna cantidad de cualquiera de estas sustancias es seguro para uso durante el embarazo. De hecho, su uso puede complicar aún más elembarazoaumenta la probabilidad departoprematuro y otras complicaciones.
El nacimiento prematuro y bajo peso al nacer crear una gran cantidad de sus propios problemas, incluyendo daño cerebral, discapacidades físicas y más. La estancia hospitalaria prolongada y potencialmente un mayor riesgo de problemas desaludpara estos bebés conduce a más estrés en la madre adolescente.
Las madres adolescentes son perfectamente capaces de tener un embarazo saludable y un bebé sano. Con la nutrición adecuada ,y la atención prenatal precoz la mayoría de estos problemas potenciales no saldrá a la luz.
Asesoramiento continuo:
Para conseguir una correcta valoración y educación nutricional de la adolescente embarazada, se requiere asesoramiento continuo e individualizado. Esta valoración debe incluir un análisis del crecimiento, de la talla y peso actuales y de la edad ginecológica (edad cronológica menos la edad de la menarquia), así como un interrogatorio sobre los hábitos dietéticos. En referencia a este último punto, es importante analizar los hábitos dietéticos antes del embarazo, los posibles trastornos dietéticos, número y horario de las comidas principales y suplementarias, tipos de comida y posible restricción calórica.
Las adolescentes embarazadas con edad ginecológica joven o malnutridas en el momento de la concepción son las que tienen más necesidades nutricionales. Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre el máximo riesgo fisiológico y, a pesar del aumento de peso materno, los pesos de nacimiento de los neonatos se mantienen bajos.
Este mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal se atribuye a la interferencia en el flujo sanguíneo fetoplacentario y en la transmisión de nutrientes al feto como resultado de las características fisiológicas inherentes al crecimiento materno.
Riesgos asociados:
El peso medio de niños recién nacidos con madres adolescentes suele ser significativamente más bajo que en los de la mujer adulta. Asimismo, la tasa de mortalidad de los mismos es mayor. Sin embargo, la media del peso de los bebés al nacer aumenta a medida que lo hace la edad de la madre. Sus músculos generalmente no están suficientemente desarrollados y, posiblemente, el esqueleto no habrá alcanzado el grado óptimo de mineralización. Ciertas reservas de nutrientes (principalmente de hierro, ácido fólico, vitamina A y B12) de la madre son, además, menores que en la mujer adulta bien alimentada.
A estos aspectos se añaden los inadecuados hábitos alimentarios de las adolescentes, desordenados y desequilibrados tanto en cantidad como en calidad de energía y nutrientes. Muchas chicas jóvenes limitan de forma severa su ingesta de alimentos para estar delgadas y conseguir una imagen
Necesidades Nutritivas:
La media total estimada de los requerimientos energéticos para las adolescentes oscila entre las 2200 y 2400 kcal/día. Como el gasto energético es variable, la mejor forma de garantizar que la ingestión sea la adecuada es la obtención de un aumento de peso suficiente.
Actualmente, la edad media de la menarquia o primera menstruación se sitúa entre los 12 y 13 años de edad. Normalmente, el crecimiento continúa durante 4 años más, aunque a un ritmo más lento que durante la etapa prepuberal. Se considera que las chicas, durante la pubertad, aún son biológicamente inmaduras para quedar embarazadas
Una vez completado el crecimiento (aproximadamente 4-5 años de postmenarquia o hacia los 17 años de edad), las necesidades nutricionales de la adolescente embarazada serán similares a los de la mujer adulta embarazada.