Las caricias son una fuente de placer y de relajación que bien por la rutina o el ritmo de vida que llevamos son relegadas a un segundo (tercer o cuarto plano). Pero ahora que estás embarazada, o que quieres estarlo, es el momento de que recuperes esas deliciosas sensaciones de dedos recorriendo la piel suavemente.
Fue en Calcuta donde una mujer llamada Shantala acariciaba a su bebé de una manera determinada, convirtiendo sus caricias en un masaje que más adelante recibiría su propio nombre. Este masaje ayuda al bebé a aceptar el mundo a la vez que le relaja y le da seguridad y tranquilidad. La forma adecuada de realizar el mismo es primero sujetando al bebé por las axilas para ver de ese modo la denominada respuesta de estiramiento. Después se pasa a estimular las piernas, el vientre y los piececitos del bebé. La llegada al mundo representa un shock para tu bebé y el contacto constante con él le ayudará a asimilar todas las nuevas sensaciones y experiencias de sus primeros meses.
Entre las múltiples ventajas de este tipo de estimulación para el bebé están la tonificación y fortaleza de sus músculos, combatir las pesadillas y ayudar al bebé a caer suavemente en los brazos de Morfeo, así como la reducción de los molestos cólicos que hacen al bebé llorara ante la importencia de la frustrada mamá.
Ya que el contacto es tan importante es una muy buena idea comenzar estas prácticas desde el embarazo. Para ello podremos estimular al bebe de varias maneras: hablándole, cantándole o escuchando música y por, supuesto, acariciando la tripa. Podemos hacernos suaves masajes a nosotras mismas, pero también podemos recurrir a especialistas que nos relajen con sus expertas manos. Muchas clínicas están ofreciendo este tipo de servicio llamado caricias maternales. Conforme pasan los meses de embarazo aumente es estrés de la mamá, que cada vez tiene más molestias. Mediante este método, del cual encontrarás muchas ofertas en internet, se pretende relajar tanto a mami como a bebé. Estos masajes suelen incluir piernas, brazos y zona facial pero sobretodo se concentran en la zona del vientre para que madre e hijo se sientan todavía más unidos.