Importancia de las sales minerales para nuestra salud

Jesus L. Rodriguez

Importancia de las sales minerales para nuestra saludUsualmente solemos dar un sabor extra a nuestras recetas de cocina, agregándole sal. Pero en realidad muy pocas personas conocen la existencia de diferentes tipos de sales minerales y sus diversas propiedades. A continuación te invitamos a conocer algunos detalles de esta sustancia tan común en nuestras cocinas.

Las sales minerales son aquellas sales en las que las moléculas de hidrógeno han sido sustituidas por otras de iones metálicos. Dentro de las más conocidas se encuentra la clásica sal de mesa, que es en realidad Cloruro de Sodio. Esta sal mineral es la más consumida pero en realidad no es aconsejable para nuestra dieta, por lo menos en forma diaria. Esto se debe a que tiene la capacidad de subir la presión sanguínea provocando hipertensión, uno de los trastornos que más azotan a la salud de la sociedad occidental. Sin embargo, aquellas personas que suelen sufrir de baja presión sanguínea, pueden recurrir a ella para evitar desmayos. En cualquier caso, se recomienda no consumir más allá de 3 gramos diarios.

Por otra parte, las sales minerales tienen también beneficios para la salud. Uno de los principales es que favorecen el correcto equilibrio con los azúcares asimilados por el organismo. Además, dada su capacidad de favorecer la retención de líquidos, las sales son recomendadas para evitar la deshidratación en momentos donde nos encontramos expuestos a altas temperaturas o en casos de gastroenterocolitis prolongadas que incluyan vómitos y diarrea.

Otras de las funciones en las que el las sales minerales en las influyen directamente son las siguientes: Formación de dientes y huesos, actividad muscular, absorción celular de la glucosa, funcionamiento adecuado del metabolismo y funcionamiento del sistema inmunológico, entre otros.

Existen también sales minerales menos conocidas las cuales tienen menos contraindicaciones. Una de ellas es el Cloruro de Potasio, el cual es recomendado para aquellas personas a quienes se les ha prohibido el consumo de la sal de mesa, ya que no tiene incidencia sobre la presión sanguínea.

Como habrás visto, no es necesario quitar por completo la sal de tu dieta, sino controlar la cantidad consumida para así mantener una dieta equilibrada.

Actualmente se puede determinar la forma en que ciertos elementos actúan en el cuerpo e influyen en la salud, pero aún quedan muchas cosas por descubrir en ese campo.

Calcio

El calcio es una sal mineral muy importante, sobre todo para los niños en período de crecimiento y las mujeres. Es el mineral que se encuentra en mayor cantidad en el cuerpo. Es necesario para la formación del esqueleto y previene la osteoporosis (descalcificación).

Sirve para la funcionalidad e integridad de los nervios y de los músculos, donde su principal influencia se desarrolla sobre la excitabilidad y sobre la liberación de los neurotransmisores.

También actúa como regulador de los latidos cardíacos y mejora la coagulación de la sangre. Juega un papel importante en la digestión de los lípidos y de las proteínas.
No puede ser asimilado si el cuerpo no tiene suficiente vitamina D.

Donde encontrarlo: los productos lácteos son los que contienen mayor cantidad de calcio, pero se puede encontrar, asimismo, en las frutas y las verduras, sobre todo en la mandarina y lanaranja, el albaricoque, la piña, la uva, el apio, el nabo, la col rizada, la espinaca, el hinojo y la verdolaga.

Hierro

El hierro es un componente de la hemoglobina, la substancia roja de la sangre que transporta el oxígeno hasta las células del cuerpo. El hierro estimula el sistema inmunitario y procura al cuerpo la energía para funcionar. La anemia aparece cuando la cantidad de hierro contenida en el cuerpo es insuficiente, ello se manifiesta por una fatiga psíquica e intelectual.

Sólo una pequeña parte (5-10%) del hierro que tomamos con los alimentos es absorbido por el intestino. Una parte se almacena en el hígado, en la médula de los huesos, y en el bazo como hierro III, en la ferritina, y otra parte en la transferrina, la proteína de transporte, como hierro para la síntesis del heme proteico.

Donde encontrarlo: en las frutas, (sobre todo en las bayas y las moras) y las verduras. También en la yema de huevo y la carne, el hígado, las legumbres, los crustáceos.

Magnesio

Cada célula del cuerpo humano necesita magnesio para poder funcionar correctamente. El magnesio es particularmente importante para la transmisión del estímulo nervioso, el funcionamiento de los músculos (el corazón también es un músculo), el metabolismo y en asociación con el calcio, para la formación del esqueleto. Más de la mitad se encuentra en los huesos; el resto se encuentra sobre todo en los líquidos intracelulares de los tejidos.

Una carencia de Mg produce mayor riesgo cardiovascular y de osteoporosis.

Donde encontrarlo: en las hortalizas (sobre todo el perejil y los pimientos), el pan, el queso, la carne, el pescado y la leche.

Fósforo

Junto con el calcio, es el responsable de un buen esqueleto óseo y de unos dientes fuertes. Refuerza las uñas y el cabello, combate la fatiga, regula la temperatura corporal y favorece el crecimiento y la reconstitución de los tejidos corporales.

El fósforo es el segundo mineral en abundancia en el cuerpo y se encuentra en todas las células vivas. Implicando el correcto funcionamiento tanto de músculos como de nervios, colaborando a menudo con el calcio. Está relacionado catalíticamente con las funciones paratiroideas. Su campo de acción es la espasmofilia, la tetania, los problemas vasculares de tipo espasmódicos y determinadas formas de asma espasmódica.

Donde encontrarlo: principalmente en las leguminosas, el pan integral, las nueces, los productos lácteos. También en las frutas (sobre todo en los kiwis) y en las verduras coles y de espinacas.

Potasio

En combinación con la sal, el potasio permite al cuerpo mantener un buen grado de humedad. La necesidad de potasio en el cuerpo es directamente proporcional a la cantidad de sodio absorbido bajo forma de sal de cocina. Un buen equilibrio entre estos dos elementos regula los latidos del corazón y las contracciones musculares y favorece la eliminación de las toxinas, con lo cual se obtiene el visible resultado de tener una piel limpia y sana.

Donde encontrarlo: en las frutas (en los kiwis, los plátanos y los albaricoques) y las verduras. También en las nueces.

Sodio

El cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua salada. Es evidente que la sal orgánica (sodio) es un elemento vital. Actúa en asociación con el potasio, pero la colaboración no es real y eficaz más que cuando los dos elementos están presentes de manera equilibrada (Ver Potasio).

La sal orgánica no tiene nada que ver con la sal de cocina (cloruro sódico) que puede destruir rápidamente el frágil equilibrio natural sodio-potasio y puede provocar trastornos renales y de vesícula, una tensión arterial muy elevada y afecciones cardíacas.

Donde encontrarlo: la sal de cocina es la principal fuente de sodio. Asimismo, se halla presente en muchos alimentos. Por regla general, los alimentos de origen animal son más salados que los alimentos vegetales.

Todos estos consejos son solo orientativos y los pacientes con problemas de nutricion deben consultar a un nutricionista o dietista titulado para recibir las indicaciones dietéticas más adecuadas en cada caso. No inicie ninguna dieta no convencional sin consultar previamente con un profesional de la salud.

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