Una certeza que todos tenemos ante una inminente visita al médico es la temida pero inevitable reestructuración de la dieta. Est no resulta raro si tenemos en cuenta que, por regla general, nos alimentamos mal e involuntariamente incentivamos los muy numerosos problemas de salud que a diario nos aquejan.
Y ante esta reestructuración del régimen alimenticio, los médicos no escatiman en utilizar la tijera a diestra y siniestra, recortando todos aquellos alimentos que están siendo nocivos para nuestro organismo, pero que a su vez (¡Oh, cruel destino!) son de los más sabrosos. De esta forma, nuestra ingesta de alimentos con gluten y carbohidratos será de las primeras en ser reducidas a un mínimo, cuando no eliminadas por completo.
Dietas bajas o libres de gluten
¿Pero por qué tenía que ser justamente el gluten? Con la reducción de gluten, nuestra dieta se verá alivianada de los tan apetitosos alimentos panificados que suelen constituir un agradable capricho, especialmente todos aquellos derivados o compuestos por el trigo y otros cereales similares, como la avena o el centeno.
La razón de este recorte dietético se debe a los efectos negativos del gluten para el sobrepeso. Los trastornos que pueden provocar en el intestino, articulaciones o sistema digestivo, así como por agravar cuadros artríticos y más de medio centenar de enfermedades, entre las que pueden encontrarse la diabetes, la hepatitis o la epilepsia.
Dietas bajas en carbohidratos
Por otra parte, los carbohidratos son los reconocidos enemigos de aquellos que quieren mantenerse en forma, pues su impacto en los niveles de azúcar en la sangre puede contribuir a estimular el apetito en exceso y a incrementar la producción de insulina, la cual posee un efecto inversamente proporcional sobre la quema de grasas. Como notarás, todo esto conlleva al sobrepeso.
Pero esto no significa que los hidratos de carbono sean malos para la salud, pues constituyen una de las principales fuentes para energizar el organismo. Únicamente, se debe moderar el consumo de carbohidratos y distinguir los alimentos más saludables para obtener nuestros requerimientos de estos nutrientes.
¿Menos gluten, más carbohidratos?
En muchas ocasiones, una dieta libre de gluten permite también reducir el consumo de carbohidratos, pero esto depende de cada alimento, por lo que tendrás que estudiar detenidamente la información nutricional de todo producto que pienses adquirir antes de consumirlo.
Así mismo, no pienses que aquellos alimentos libres de gluten pueden ser consumidos a tu antojo, pues muchos de ellos contienen grandes cantidades de carbohidratos que continuarían afectando tu salud y, especialmente, tu peso. En cuanto a tu consumo de gluten y carbohidratos, ¿necesitaras un recorte?
Lo mejor es consultar a tu nutricionista para que te recomiende la mejor dieta, según tu estado de salud y requerimientos de energía. Pero un consejo sencillo y rápido que puedes seguir es guiar tu alimentación según las prioridades que se muestran en la pirámide alimenticia. Allí se muestran claramente cuáles son los principales grupos de alimentos que se deben consumir, y cuáles se deben relegarse a su mínima cantidad.