Todos sabemos que las frutas son esenciales en nuestra alimentación si queremos mantener un buen estado de salud y que nuestro organismo funcione correctamente. Las mismas nos aportan muchos nutrientes fundamentales que necesitamos para sobrevivir, como vitaminas, minerales, agua y fibra, entre otros. Debido a esto se recomienda consumir al menos 5 piezas de frutas y verduras diarias.
Hoy vamos a responder una pregunta que probablemente muchos se han hecho en algún momento en referencia a las mismas, si es mejor consumirla con o sin cáscara. Esta es una pregunta muy interesante y es muy conveniente conocer la respuesta.
Por un lado, las cáscaras contienen nutrientes como vitaminas (muchas son ricas en complejo B, algunas contienen 5 veces más vitaminas que en la pulpa) y minerales, así como algunos ácidos grasos esenciales. Su mayor aporte a la salud es la fibra, mayormente insoluble, que mejora enormemente la función intestinal y ayuda con la digestión.
También es una gran aliada en la lucha contra el sobrepeso, puesto que contribuye a provocar una sensación de saciedad. Mantiene saludable la flora bacteriana y ayuda a mantener controlados los niveles de glucosa y colesterol. Normalmente las personas consumen poca fibra y las cáscaras de las frutas son la fuente perfecta de esta sustancia.
la cáscara es la parte más rica en fibra , carbohidratos no digeribles por el hombre, que aceleran el tránsito intestinal evitando cáncer de colon y otras enfermedades.
La solución es lavarlas exhaustivamente para eliminar cualquier resto químico perjudicial y comerlas sin pelar.
Mantener la cáscara también evita que muchas frutas se oxiden y sus propiedades tanto alimenticias como de aroma y sabor se estropeen. Todos estos son los beneficios que se desperdician al tirar las cáscaras.
A menos que la piel de la fruta resulte áspera, muy dura o desagradable no hay duda que es muy beneficioso comer la piel de la misma, en especial en algunos casos determinados. Esto se debe a que la piel también es una fuente muy importante de fibra o vitaminas, por lo que la propiedad nutricional de la pieza de fruta en cuestión será aún mayor una vez la hemos consumido.
El único inconveniente es que muchas veces las frutas son tratadas con insecticidas y muchos otros químicos que las protegen de plagas y enfermedades, por tanto resulta fundamental lavarla correctamente antes de consumirla. Aunque, muchas veces ni siquiera así nos fiamos, por eso lo mejor es intentar comprar fruta ecológica.
Esta información sin duda nos ayudará a entender un poco más de nuestra alimentación de forma que podamos hacer todo lo que está a nuestro alcance para mejorarla.
¡Suerte!