Estimulantes de lactancia materna: los galactogogos

Jesus L. Rodriguez

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Aunque este término no suene muy atractivo, los galactogogos en verdad hacen referencia a un concepto muy importante, ya que atañe a algo tan vital como la lactancia materna, y engloba a todos aquellas sustancias capaces de estimular el flujo de este esencial alimento para los bebés y su calidad de vida.

Beneficios de los galactogogos para la lactancia

Estas sustancias estimulantes de la lactancia materna pueden estar comprendidos por alimentos, hierbas o productos farmacológicos, que se suministran a la madre cuando la producción de leche materna no es suficiente para nutrir al bebé de manera adecuada.

De todas maneras, solamente son recetados luego de haberse descartado otras posibilidades que podrían estar causando dificultades en la lactancia (mala postura, problemas de succión, frecuencia de amamantado inadecuada, etc).

Ya sea de origen vegetal o sintético, los beneficios de los galactogogos se originan a partir de sus ricos contenidos en nutrientes, como vitaminas, calcio, hierro, fibra, potasio y varios micronutrientes, que en conjunto permiten estimular la producción de leche materna, tonificar el sistema reproductivo, restituir la vitalidad materna y tonificar el sistema digestivo, entre sus principales propiedades.

La forma de actuar de los galactogogos se resumen en una cadena de estímulos que comienza en los receptores de dopamina, incrementando los niveles de prolactina (la hormona responsable de estimular las glándulas mamarias) y culminando con el tan deseado estimulo para la lactancia.

Galactogogos más comunes

Te en cuenta que antes de utilizar un galactogogo deben descartarse otras posibles causantes del problema de lactancia, pero una vez que tu médico te recomiende estimular la producción de leche materna, posiblemente te recete algún galactogogo farmacológico, como la metoclopramida y la domperidona.

Mientras que entre los galactogogos naturales se destacan varias hierbas y especias, como la alfalfa, el cardo mariano, le fenogreco o aloba, el diente de león, anís, trébol, hinojo, ortiga, eneldo o albahaca.

Estas últimas pueden consumirse a través de infusiones y de forma casera, pero, no obstante se recomienda consultar con un profesional antes de automedicarse, pues, aunque existan muchas hierbas galactogogas efectivas, no todas responden de la misma manera en cada persona, por lo que podría presentarse efectos contrarios.

Estimular la lactancia materna y sostener por más tiempo el amamantamiento del pequeño siempre será beneficioso. No sólo por el aporte de nutrientes esenciales para la buena salud del bebé, ya que, además, se ha descubierto que el amamantamiento disminuiría el riesgo de obesidad en la adultez. Una razón más para consultar no descartar estos estimulantes de lactancia materna.

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