El Premio Nobel, un apellido y tres difuntos

Jesus L. Rodriguez

El Premio Nobel, un apellido y tres difuntos

La distinción con el Nobel de Medicina a Ralph Steinman, fallecido el
pasado viernes, a pesar de que los estatutos prohíben expresamente su
concesión a título póstumo, es la última de las curiosidades que han
surgido en los más de 100 años de historia del prestigioso galardón.
Este científico canadiense, por ejemplo, es el tercero en recibir el
premio después de muerto.

Los dos precedentes son los de Erik Axel Karlfeldt,
poeta sueco que recibió el Nobel de Literatura en 1931, y el del ex
Secretario General de Naciones Unidas, Dag Hammarskjold, condecorado con
el de la Paz en 1961. Pero, desde 1974, los estatutos del galardón
exigen que los ganadores estén vivos en el momento en el que se
anuncian. Esta decisión ha dejado sin premio a personalidades tan
aclamadas como la de Gandhi, cinco veces nominado.

En este tiempo, sólo una persona, William Vickrey, Nobel de Economía
en 1996, ha fallecido después de la mención y antes de la ceremonia de
entrega. Por eso, el caso de Steinman, que bromeaba con su familia
sobre este curioso episodio, es una excepción. La Fundación Nobel ha
decidido mantener la concesión del premio porque el jurado desconocía la
noticia de su muerte y, por tanto, actuó «de buena fe» y de acuerdo con
el espíritu del Premio.

Tres premios para cinco miembros de la familia

No es la única curiosidad de estos galardones, que se entregan en
Estocolmo (salvo el de la Paz, que se otorga en Oslo) desde 1901. El apellido Curie
es protagonista de varias de ellas. El más célebre miembro de esta
familia de científicos, Marie Skłodowska Curie, fue la primera mujer de
la historia en recibir este premio.

Y no lo hizo una vez sino dos. En 1903 compartió el Nobel de Física
con su marido, Pierre Curie, (y con Henry Becquerel) por el
descubrimiento de la radiactividad. Ocho años más tarde, en 1911,
recibió en solitario el de Química por haber aislado el radio. Así, esta
francesa de origen polaco tiene el honor de ser también la única mujer premiada en dos campos y la única persona que lo ha hecho en dos categorías científicas (Linus Pauling ganó el de Química y el de la Paz).

Jean-Paul Sartre en 1968. | El Mundo

Jean-Paul Sartre en 1968. | El Mundo

Pero los éxitos de la estirpe Curie no terminan aquí. La hija de
Pierre y Marie, Irène Joliot-Curie, y su marido, Frédéric Joliot-Curie,
también recogieron el Nobel de Química en 1935 por el descubrimiento de
la radiactividad artificial. Para rematar la relación entre los Curie y
los premios suecos, la segunda hija del matrimonio, Ève, estaba casada
con Henry Labouisse, que presidía UNICEF cuando le fue concedido el
Nobel de la Paz a esta organización, en 1965.

El palmarés de los Curie es difícilmente igualable, pero a lo largo
de la historia varias familias han visto como dos de sus miembros eran
distinguidos con el prestigioso premio. Niels Bohr y su hijo Aage Bohr,
que ganaron el de Física en 1922 y 1975, respectivamente; Arthur
Kornberg (Medicina, 1959) y su hijo Roger (Química, 2006); o William
Henry Bragg y su hijo William Lawrence Bragg, compartieron el de Física
en 1915.

‘El escritor debe rechazar dejarse transformar en institución’

En estos 110 años de historia, también ha habido tiempo para algunas renuncias. La más famosa de todas es la de Jean-Paul Sartre,
que declinó en 1964 la distinción en la categoría de Literatura
pronunciando la conocida frase: «El escritor debe rechazar dejarse
transformar en institución, incluso si se manifiesta de la forma más
honorable». El escritor galo tenía como norma no aceptar ningún galardón
oficial.

En 1973, Le Duc Tho, uno de los fundadores del Partido Comunista de
Indochina, tampoco aceptó el Nobel de la Paz que le habían concedido
junto al Secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, por su papel
determinante en los Acuerdos de París. Tho renunció alegando que nunca
se había alcanzado realmente la paz en Vietnam del Sur.

La renuncia de la renuncia de Boris Pasternak es una
redonda dentro del apartado de las curiosidades. En 1958 le fue
concedido el Nobel del Literatura al que renunció por miedo a lo que
pudieran hacerle los servicios secretos soviéticos en el viaje a
Estocolmo. La organización lo rechazó y mantuvo su nombramiento pero el
premio no fue entregado hasta 1989, cuando su hijo lo recibió en su
nombre. El autor de Doctor Zhivago había fallecido 29 años antes.

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