En nuestro día a día, muchas veces sentimos como si nos faltara “aceite” en nuestro cuerpo: nos duele la espalda, las articulaciones, nos sentimos rígidos, pero esto puede mejorar mucho si hacemos una rutina de ejercicios. Dentro de los ejercicios que podemos realizar para sentirnos bien, los isotónicos son un gran alternativa, porque permiten fortalecer los músculos. Las flexiones, abdominales y sentadillas son ejemplos de ejercicios isotónicos, que a continuación veremos en VivirSalud.
Fundamentos del ejercicio isotónico
Los ejercicios isotónicos son una forma de ejercicio anaeróbico, también conocido como entrenamiento de la fuerza dinámica. Durante un ejercicio isotónico, aumenta la tensión del músculo, al cambiar su longitud, lo que produce que los músculos se vayan alargando. Esto es de interés, por ejemplo, para lograr un abdomen plano, donde al realizar constantemente abdominales, lograrás que los músculos se alargen y tu abdomen se vea mejor, además de quemar grasa.
¿Cuáles son los ejercicios isotónicos?
Flexiones de brazos
Permiten fortalecer la parte superior del cuerpo, sin la necesidad de levantar pesos, ya que ocupas tu propio peso. Para realizarlas, debes tenderte en el suelo boca abajo, mantener los pies juntos (contactando sólo los dedos de los pies con el suelo), poner las palmas hacia abajo, al lado de tu pecho y levantar el cuerpo con tus brazos. Realiza tantas repeticiones y series, como puedas hacerlo, según tus capacidades y necesidades de entrenamiento.