En la nota anterior habíamos comenzado a hablar sobre la meditación, una práctica muy recomendada que nos trae múltiples beneficios, hoy queremos continuar con este tema, aunque en este caso lo que vamos a hacer es darte algunos consejos para que la puedas practicar. Se trata de una actividad muy sencillas de aplicar que marcan la diferencia a la hora de cuidar de nuestra salud, ¡presta mucha atención!
Primero que nada, es importante que elijamos un lugar tranquilo, limpio y ordenado en el que se pueda meditar. Además, debes elegir un momento en el día, siempre debe ser el mismo. Una vez que tenemos todo esto vamos a comenzar a meditar en la posición correcta y cómoda, puede ser sentarse en una silla con la columna recta, sentada en el suelo con una almohada y las piernas cruzadas, en la posición de acostarse boca arriba, etc, la que a ti te quede más cómoda.
A continuación, debes cerrar los ojos y concentrarte en tu respiración, inhalando lentamente por la nariz y soltando el aire después tranquilamente también por la nariz. Verás que ti mente comienza a entrar en un estado de calma, relajado y natural.
A continuación te comparto los 6 pasos que necesitas tener en cuenta para aprender a meditar. Si los tomas en cuenta, los pones en práctica y eres constante vas a ver cambios muy pronto.
Algunos de los beneficios son instantáneos, otros aparecen a los pocos días y otros duran a largo plazo… Pero sin duda, desde el momento que empieces a meditar, vas a notar una gran diferencia en tu vida.
1) Ponte ropa cómoda y que no te apriete, que te permita estar unos minutos en una misma posición sin que te sientas incómodo.
2) Busca un lugar tranquilo donde puedas estar sin que nadie te interrumpa. Puede ser alguna habitación de tu casa, algún espacio en la naturaleza… Cualquier lugar sirve si estás cómodo y tranquilo.
3) Siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y respira profundo y lento.
No es necesario que cruces tus piernas o te coloques en una postura especial.
Solamente debes estar con tu espalda recta y relajar cada músculo de tu cuerpo.
Puedes ir desde la punta de tus pies hasta la cabeza, pasando detenidamente por cada músculo, reconociéndolo y relajando mientras te enfocas en tu respiración.
4) Empieza a contar de 50 a 0, lentamente y centrado en tu respiración.
Cuando se crucen pensamientos en tu mente no los niegues y deja que se vayan tal y como han venido mientras tratas de seguir pensando en tu respiración y en cómo el aire fluye por tus fosas nasales.
5) Cuando termines la cuenta regresiva puedes pensar en imágenes que te hagan sentir bien o en frases que también causen ese efecto como “cada vez estoy mejor y mejor”. La idea es acercar buenos pensamientos hacia ti.
6) Sé constante. Lo ideal es dedicar de 10 a 15 minutos diarios como mínimo.
Prueba a seguir esta práctica día a día; cuando domines esta técnica podrás entrar más profundamente en otras técnicas de meditación.