En nuestros artículos sobre deportes y ejercicios muchas veces hemos mencionado a los ejercicios de alto y bajo impacto, pero sin explicar a fondo el significado de estos conceptos. Por ello, el conocerlos resulta de mucha ayuda a la hora de comprender algunas características de cada disciplina o ejercicio y si los mismos son los más adecuados para nuestras necesidades o condiciones físicas.
Rutinas de bajo impacto
Este tipo de ejercicios resultan muy fácil de clasificar, pues podrían resumirse en todos aquellas actividades físicas en cuya práctica al menos uno de los pies permanece en contacto con el suelo de continuo. De esta forma, podemos determinar como de ejercicios de bajo impacto a las caminatas, ejercicios en aparatos de musculación, ciclismo o a la natación. Aunque, en ocasiones, algunos de estos ejercicios pueden figurar también bajo la categoría de impacto nulo o impacto 0.
De esta forma, el impacto que se genera sobre el cuerpo y el esfuerzo que se aplica es mucho menor en este tipo de ejercicios. Además de que su realización no implica complejidad ni mayores peligros de accidentes, razón por la cual resultan ideales para ejercitarse durante la tercera edad, durante la recuperación de lesiones, en casos de obesidad, embarazadas o para aquellas personas que recién comienzan a entrenar.
Rutinas de alto impacto
Como su nombre lo indica, este tipo de entrenamiento implica un fuerte impacto sobre el cuerpo. Por ello lo que se toma como característica indicativa de esta categoría es el hecho de que, durante la práctica deportiva, ambos pies pierden el contacto con el suelo, volcando todo el peso del cuerpo sobre si mismo al momento de la caída. Y es precisamente por esto que los ejercicios de alto impacto no se recomiendan, o al menos sin aprobación médica, para aquellas personas convalecientes de lesiones o con problemas articulares o en los huesos.
En esta categoría entrarían buena parte de los deportes y actividades como saltos, saltar la cuerda o correr.
Combinar ambos ejercicios
Si no posees ninguna condición médica que te restrinja la realización de ejercicios de alto impacto, pero recién comienzas a entrenar, lo mejor es que organices una rutina de ejercicios que integre a ambas modalidades. Por ejemplo, podrías intercalar los días de la semana para realizar carreras y ejercicio en bicicleta de forma sucesiva.
Recuerda no excederte con tus ejercicios y escuchar siempre las recomendaciones de un profesional y las de tu propio cuerpo: cuando este te pida un descanso, lo mejor es dárselo, si se quiere evitar cualquier tipo de lesiones.