Dieta sin ansiedad

Jesus L. Rodriguez

Dieta sin ansiedad

Dieta sin ansiedad. Lasaludy la estética son las principales razones por las que muchas personas, mujeres en su mayoría deciden ponerse a dieta; más de un 60% de la población quiere perder peso, frente a menos de un 10% que desearía ganarlo.

Este es  un porcentaje muy elevado, teniendo en cuenta que no siempre se trata de personas con sobrepeso u obesidad, ya que muchas de ellas se encuentran descontentas y desean perder unos  kilos, se obsesionan y siguendietasestrictas que generan másansiedady que llevan a comer más para calmarla, consiguiendo el efecto contrario, engordar.

 

El principal enemigo de laansiedades la sensación de hambre producida por llevar muchas horas sin comer, ya que han realizado un desayuno muy ligero y apenas han comido, por lo que cuando llega la cena, la glucosa en sangre está baja  y se siente  la necesidad de comer impulsivamente.

Para solucionar este problema, es necesario cumplimentar debidamente todas las comidad diarias e ingerir  nutrientes que fortalezcan los nervios y calmen la ansiedad.

Se deben de  incluir en la dieta, alimentos ricos en magnesio y  triptófano, así como vitaminas del grupo B, entre ellas la B1,  B6 y  B12.

El estrecho vínculo entre la comida y las emociones es evidente. De hecho, la ansiedad tiene ciertas manifestaciones físicas en el organismo que podrían explicar la mayor necesidad de comer. Con la ansiedad, crecen los niveles de adrenalina. Dicho aumento reduce la capacidad para el autocontrol, lo que hace al individuo más susceptible de seguir comportamientos malsanos como fumar más o comer demasiado. La serotonina, un neurotransmisor cerebral relacionado con el ánimo, participa en el control del apetito. Los bajos niveles de la misma se relacionan con una mayor ansiedad por comer, sobre todo, dulces.

La ansiedad que les genera el estrés, la monotonía de una vida cotidiana, las frustraciones o hasta la propia gratificación de los logros alcanzados, lleva a muchas personas a comer para así calmar dicha sensación.

El control de las situaciones emocionales que pueden generar ansiedad y que más influyen cuando se ingieren alimentos puede ser una ayuda para discernir si se come con ansiedad, si es la propia ansiedad la que nos lleva a comer o si se sufren las dos sensaciones. Llevado a la práctica, dicho control puede materializarse mediante un registro diario de lo que se come, prestando especial atención al entorno. En este sentido, es muy importante si la persona está sola o acompañada cuando come, cuál es su estado de ánimo (triste, alegre, aburrida) y cuáles son los alimentos más recurridos en momentos de ansiedad o nervios.

Son varios los nutrientes que fortalecen los nervios y calman, en parte, la sensación de nerviosismo que acompaña a la ansiedad. Es por este motivo que conviene revisar con detenimiento la alimentación de cada uno, incluso cuando se plantean dietas hipocalóricas de corta duración. Asimismo, se debe comprobar si se ingieren alimentos ricos en magnesio, triptófano y vitaminas del grupo B, entre ellas la B6, la B1 y la B12.

Por sus propiedades relajantes, el magnesio mantiene a raya el ritmo cardiovascular, por lo que es un buen complemento dietético para calmar la ansiedad. A lo largo del día se consume suficiente magnesio cuando se tiene la costumbre de comer 4 ó 5 nueces o un puñado de frutos secos. Las legumbres, los alimentos integrales y las verduras de hoja como las acelgas o las espinacas, también concentran buena dosis de dicho mineral.

El aminoácido triptófano, componente de las proteínas, se transforma en serotonina mediante complejos ciclos metabólicos, lo que permite mantener sus niveles adecuados en el organismo (los bajos niveles de serotonina se asocian con un bajo estado de ánimo). Reservar las proteínas animales (carnes, pescados o huevos) para la cena garantiza el aporte diario de este aminoácido. Una fruta diaria rica en triptófano, como el plátano o la piña, es también un buen complemento.

La vitamina B6 participa en la síntesis de serotonina a partir del triptófano, así como en la formación de las vainas de mielina de las neuronas, necesaria para que estas células transmitan correctamente los mensajes. Su deficiencia causa nerviosismo y ansiedad. En la época de más nervios, acostumbrarse a tomar copos de avena con germen de trigo y levadura de cerveza durante el desayuno, o añadir estos complementos dietéticos a las ensaladas y zumos, es una manera eficaz de enriquecer la dieta en vitaminas del grupo B.

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