La infertilidad, imposibilidad de concebir y dar a luz un bebé, es un mal que padecen muchas mujeres, especialmente aquellas que han tenido enfermedades diversas, problemas metabólicos o una alimentación regular baja en nutrientes.
También puede producirse en personas que desean tener hijos a una edad avanzada cuando el ritmo natural del cuerpo decrece.
Existen algunos tratamientos caseros que han sido usados a los largo del tiempo por muchas culturas para fomentar la fertilidad del organismo en el acto de la reproducción.
¡Veámoslos!
Hierbas medicinales
Raíz de Banyan
El banyan es una planta higuera de la India. Sus raíces tiernas ejercen un efecto valioso para tratar la infertilidad femenina. Se les seca completamente y se trituran hasta hacerlas polvo. Luego hay que mezclar 20 gramos de banyan con 100 de leche y beber cada noche durante tres días consecutivos al acabar el período menstrual.
Se debe realizar mensualmente hasta que se produzca la concepción. Cuando de toma dicho remedio, es necesario que no ingieras nada hasta un rato después.
Hojas de Jambul
El jambul es una planta de Java cuyas hojas se utilizan con gran éxito para combatir la esterilidad producida por trastornos en los ovarios o en el endometrio. Se prepara una infusión poniendo 250 mililitros de agua hervida sobre 20 gramos de hojas frescas de jambul durante 2 horas. Este brebaje puede tomarse con miel o con suero de leche.
Nutrición
Ayunos
Es importante realizar ayunos que ayuden a limpiar el cuerpo de toxinas. Las mujeres con dificultades para quedar embarazadas deben realizarlos 2 o 3 días consecutivos.
Dieta
La alimentación es un elemento básico para asegurar la fertilidad femenina. Debe contemplar frutos secos, granos, semillas, verduras y frutas.
Todo esto se debe complementar con el consumo de leche, miel y aceites vegetales. Se recomienda comer requesón y queso cottage. Si es posible ingerir una gran cantidad de productos sin cocción, pues esta reduce el valor nutricional de los alimentos.
Y recuerda: para combatir la infertilidad tus mejores aliados son la calma, la relajación, el control de la ansiedad y los pensamientos positivos.
Quizás la meditación y las terapias relajantes te sean de ayuda.