La frecuencia cardíaca es un excelente indicador de la intensidad adecuada con la que debemos realizar una rutina de entrenamiento y del progreso que obtenemos a lo largo del tiempo. Por eso, hoy te explicamos cómo utilizar la frecuencia cardíaca para mejorar el ejercicio.
La frecuencia cardíaca refiere a la cantidad de contracciones que realiza el corazón en un tiempo determinado (generalmente 1 minuto). Los expertos recomiendan que durante el ejercicio esta frecuencia debe mantenerse entre el 50% y 85% de su capacidad máxima (esto depende de tu condición física) para poder disfrutar los beneficios del entrenamiento físico.
Calcula tu frecuencia cardíaca
Para utilizar la frecuencia cardíaca para mejorar el ejercicio, primero debes calcular la frecuencia máxima de tu organismo. Se consigue restando 220 a tu edad. Luego debes multiplicar este número por 0,5 y así obtendrás el mínimo de pulsaciones para tu caso (frecuencia inferior). Para conocer el máximo de pulsaciones por minuto que debes sentir, solo multiplicas la frecuencia máxima por 0,85 (frecuencia superior).
Haz un entrenamiento progresivo
Para comenzar eficazmente tus ejercicios, debes hacerlos tomando en cuenta tu frecuencia inferior, y en un plazo de 6 meses ir aumentando el ritmo de ejercicios hasta llegar al 75% (multiplica tu frecuencia máxima por 0,85). Pasados los seis meses, puedes entrenar más fuerte hasta llegar a tu frecuencia superior; esto es lo más recomendado para que el sistema circulatorio se beneficie de la práctica del ejercicio y se fortalezca.
Revisa tu frecuencia cardíaca
Para que puedas controlar tu frecuencia durante el entrenamiento, debes colocar los dedos índice y medio sobre la arteria carótida (en el cuello) y contar cuántas pulsaciones sientes en 10 segundos. Luego multiplicas ese número por 6 y así sabrás cuántas pulsaciones tienes en un minuto. Este paso lo puedes realizar antes, durante y al finalizar tu rutina de ejercicios.
Lleva un control de tu frecuencia cardíaca y verás cómo a medida que pasa el tiempo mejora tu capacidad aeróbica para soportar entrenamientos. Y no olvides que lo mejor es siempre consultar a un especialista antes de iniciar un programa de ejercicios, para que estudie las particularidades de tu organismo.